La industria de la construcción es uno de los sectores económicos más importantes, pero de los que más se resisten a la innovación. Todavía se basa en tecnologías y metodologías tradicionales, así como en una legislación algo "pasada de moda".
Sin embargo, las soluciones técnicas innovadoras que están saliendo al mercado están empujando a un sector que debe adecuarse a la eficiencia y al rendimiento energético para salir de la crisis.
JEE son las siglas de una ventana eco-eficiente de alto rendimiento concebida por la firma de arquitectura lusa Armadilha Solar, que tiene como objetivo reducir las demandas de energía de un edificio y las emisiones de CO2 durante su ciclo de vida, gracias al aprovechamiento de las diferencias de luz, ventilación y acústica entre el interior y el exterior del edificio.
En comparación con una ventana típica, aumenta el rendimiento energético de los edificios un 30% y reduce las emisiones de dióxido de carbono en más del 40%.
La JEE se basa en el concepto de “Muro Trombe ventilado”, una doble pared orientada al sol construida con materiales que pueden acumular calor. Durante el día, los rayos del sol atraviesan la lámina de vidrio calentando la superficie del muro y almacenando el calor en la masa térmica de este. En la noche, el calor se escapa del muro tendiendo a enfriarse principalmente hacia el exterior. Pero como se encuentra con la lámina de vidrio el calor es devuelto de nuevo al interior del local.
Su funcionamiento se basa en la diferencia de densidad del aire caliente y el aire frío, que provoca corrientes en una u otra dirección dependiendo de la apertura de una serie de trampillas.
El sistema JEE portugués consta de un sistema de ventana o puerta de vidrio, que permite la luz y el control acústico; y un segundo sistema termodinámico vertical, con forma de cilindro y adjunto en la parte lateral, que actúa como un acumulador de calor siguiendo los principios tecnológicos de un "Muro Trombe ventilado", concentrando la radiación solar en un acumulador térmico.
En invierno este sistema mantiene la energía captada para ser liberada en la madrugada a los espacios interiores, logrando un efecto invernadero de circulación por convección natural, permitiendo a la vez la ventilación y la calefacción de las habitaciones.
Invierno: día (izda.) y noche (dcha.)
En verano, este módulo térmico cilíndrico puede abrirse por los extremos para que actúe como un termosifón, absorbiendo las ganancias excesivas de calor desde el interior hacia el exterior a través una abertura cerca del techo de la habitación, que produce una depresión y facilita el fenómeno de succión del calor desde el interior. Por la noche, el sistema permite la ventilación cruzada.
Verano: día (izda.) y noche (dcha.)
Estos son los diagramas que explican su funcionamiento, tanto en invierno como en verano, de una idea tan bien pensada que nos nos extrañaría verla muy pronto en las fachadas de los edificios. Así quedaría:
Más info: Armadilha Solar
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