OPINION

La policía alemana abandona por “completo desastre” su proyecto de los buitres-detectives

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A principios de junio la policía alemana anunció que estaba probando una nueva arma para el departamento de homicidios: buitres entrenados para encontrar cadáveres escondidos, cuya finalidad era sustituir a los socorridos perros sabuesos en la inspección de áreas muy amplias de terreno.

Los tres detectives con plumas, llamados jocosamente Sherlock, Miss Marple y Colombo, estaban siendo entrenados en el parque de aves de Walsrode, en el norte de Alemania, después de que los ejemplares llegaran desde Carintia, Austria.

La esperanza de los impulsores del proyecto era que la vista increíble de estos animales, su fantástico sentido del olfato y la habilidad para encontrar presas muertas les podía ayudar también a encontrar los cadáveres desaparecidos de distintas investigaciones, gracias a un GPS que llevarían en la pata.

Estas aves, además de su buen ojo, son capaces de oler cadáveres a muchos metros de distancia, así que había mucho interés internacional por este experimento, que incluso recibió solicitudes de información de las autoridades de Italia o Suiza. Sin embargo, los "buitres-detectives" no han logrado encontrar ni un solo fiambre en la naturaleza, ni siquiera cuando los policías probaron a ponerles uno delante de sus picos.

Sherlock, que fue el primero en llegar y que lleva desde 2008 entrenándose, directamente se niega a volar; y sólo camina a una velocidad similar a la de un pato, haciéndole mucho menos eficiente que la mayoría de perros rastreadores.

Además, las otras dos aves - Miss Marple y Colombo - se pasan la mayor parte de su tiempo peleándose y arrancándose las plumas. Una fuente del proyecto en Walsrode, en Baja Sajonia, Alemania, confirmó que “la idea de los buitres ha resultado un completo desastre".

Y eso que realmente no eran buitres, sino auras gallipavo, un ave familia del cóndor originaria de América que habita desde el sur de Canadá hasta el sur de Chile y que, a diferencia de los buitres europeos o africanos, puede olfatear el cadáver de un ratón a una distancia de 1.000 metros. Cuando les da la gana hacerlo, claro.

Fuente: BBC

Fotos: Spiegel

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