OPINION

Los rusos rinden homenaje a sus trabajadores espaciales con funerales siderales

hurna1
hurna1

La tradición dice que cuando uno se muere "se va al cielo para siempre". Esta máxima fue utilizada hace unos cuatro años por varias empresas americanas, que empezaron a ofertar los llamados 'sepelios siderales', otra variopinta gama de servicios con los que buscaban poner el espacio al alcance del ciudadano común...estuviera vivo o muerto.

Según varias compañías que se lanzaron al negocio, como Spaces Services, los restos del finado volarían a bordo de un cohete 'multiusos' que transportaría, además de las cenizas de unos 200 fallecidos, un satélite de comunicaciones. Todo por unos precios que iban entre los 995 y 5.300 dólares. También llegaron a ofrecer “entierros lunares”, que “pondrían en marcha tan pronto como EEUU reiniciara las expediciones a la Luna".

La compañía quiso inaugurar su servicio poniendo en órbita las cenizas de James Doohan (Scotty en la intimidad del Enterprise), el actor ya fallecido de la serie "Star Trek" que tenía el sueño de flotar eternamente en el espacio. Las cenizas fueron enviadas al cielo a finales de abril de 2007, pero fueron encontradas 15 días después de que volvieran a la Tierra, junto con los restos de los dos centenares de personas que habían pagado el billete de su último viaje.

Habían caído de nuevo a la tierra en una zona escarpada y de difícil acceso a 50 kilómetros del lugar del lanzamiento, en los terrenos de la base militar White Sands.

Los rusos, que para esto de los honores son más serios, acaban de anunciar que serán ellos los que retomen el acto de los “funerales siderales” y esparzan las cenizas por la órbita terrestre del veterano empleado del cosmódromo de Baikonur, Viatili Fiódorov, quien trabajó en la Agencia Espacial Roskosmos 44 años.

Fiódorov murió en Novosibirsk tras una larga enfermedad, tras participar durante casi medio medio siglo en todos los lanzamientos clave de las naves espaciales rusas.

Serán los empleados de la base de Baikonur los que le rindan este el último homenaje dentro de un mes, durante el lanzamiento de la próxima nave Soyuz. Además de su carga, una parte de las cenizas de Fiódorov viajarán también al espacio, donde serán liberadas. Durante unos días la urna funeraria orbitará sobre la Tierra y luego se quemará en las capas densas de la atmósfera.

Vitali Fiódorov será así el segundo ciudadano ruso que descansa en el espacio. En 2004, las cenizas de Boris Yakushin, también residente en Novosibirsk y empleado de la industria espacial, fueron puestas en órbita, esta vez, en un vuelo de la NASA.

Viatili Fiódorov se unirá también, en la Osa Mayor, con el astrónomo estadounidense Clyde Tombaugh, el descubridor del planeta Plutón, que todavía está con su último viaje. Sus restos fueron enviados, a principios de 2006, en un contenedor especial junto con la sonda New Horizon de la NASA, con destino final “el planeta rojo”.

La sonda alcanzará Plutón en 2015, donde probablemente sobrevuele uno o dos objetivos del Cinturón de Kuiper, donde se cortará la comunicación para siempre. Pero antes de perderse en la noche universal, estas cenizas habrán perpuetuado la memoria de los que trabajaron por y para la exploración espacial; y no la de turistas adinerados o personajes del show business que poco o nada hicieron por la evolución de nuestro mundo.

Clyde Tombaugh

Vía Moscow Times

Mostrar comentarios