OPINION

¡Nuclear, sí, por supuesto!

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Todos los medios de locomoción estaban llamados a ser nucleares durante la euforia atómica de los años 50

Hoy en día los que apoyan en público la energía nuclear lo hacen por lo bajini y pidiendo disculpas, desplegando un discurso posibilista y haciendo mención al “mix energético”. Es razonable que el lobby nuclear actúe así, a raíz de los últimos acontecimientos, pero hubo un tiempo en el que lo realmente cool era ser nuclear: los años 50, en los que tanto EEUU como la URSS creían haber encontrado en el átomo la respuesta a la emancipación energética de la Humanidad.

Aviones nucleares, trenes nucleares, submarinos nucleares (estos sí existen) o, por qué no, coches nucleares eran algunos de los inventos que esperaban a la vuelta de la esquina, tal y como recoge esa profusa recopilación realizada por Dark Rosted Blend:

Aviones nucleares

Tanto la Unión Soviética como Estados Unidos pusieron a sus ingenieros a trabajar en bombardeos propulsados por reactores nucleares, como el Convair B-36, que llegó a volar 47 veces durante 1957, convirtiéndose en una efímera amenaza para el mundo.

Pero la tecnología militar, como bien es sabido, sirve para abrir camino a la ingeniería civil, de modo que una oscura corporación llamada “Hobby Aurora” ya anunciaba la “Línea Aérea Nuclear” con el atractivo eslogan: “Alrededor del mundo en tres horas”.

Los soviéticos no se quedaron atrás a la hora de echar a volar su imaginación y diseñaron este inmenso Zepelin nuclear, de 300 metros de largo, y que evoca a una de esas fortalezas aéreas de los supervillanos que aparecen en las películas de James Bond.

Coches nucleares

Imbuida por el entusiasmo nuclear Ford proyectó en 1958 su familia de coches Nucleon, que llevaban de serie un reactor nuclear en lugar donde los automóviles preatómicos llevaban la rueda de repuesto.

Trenes nucleares

Según los ingenieros de la época, “de todos los medios de transporte, los trenes ofrecen las mejores oportunidades para el uso eficiente de la energía nuclear”. En la carrera por los trenes atómicos estaban involucrados no sólo los sospechosos habituales –americanos y rusos- sino también los alemanes, cuyo diseño de una locomotora nuclear podemos ver bajo estas líneas:

Posibilidades de que la energía nuclear retorne al transporte: 5%. Todo dependerá de la velocidad con que se agoten las reservas de hidrocarburos, la tolerancia a la frustración de los viajeros y la presión que ejerza sobre los políticos el lobby nuclear.

Visto en Dark Rosted Blend, donde puedes ver muchos más proyectos, anuncios e incluso una Miss Nuclear.

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