OPINION

5.000 Stormtroopers vestidos de “bailarines-morris” para sacar los colores a Sebastian Coe

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La antorcha olímpica de Londres 2012 se encendió, metafóricamente hablando, cuando después de la ceremonia de apertura de los Juegos de Pekín, Lord Sebastian Coe, el presidente del Comité Organizador de la próxima cita, bromeó acerca del despliegue de bailarines chinos sobre el tartán. Más o menos vino a decir que ellos, en la Gran Bretaña, también podrían llenar un estadio con el despliegue de 5.000 bailarines-morris danzando al son de acordeones y flautines.

La "danza Morris" es un baile tradicional inglés que formaba parte de las procesiones y otras fiestas que celebraban sobre todo el mes de mayo. Al igual que nuestras numerosas variantes folclóricas (se cree que viene de una danza morisca que saltó de España hacia 1450) se baila con palos, espadas, pañuelos y cascabeles en las pantorrillas. Y sólo lo hacían los hombres.

Es posible que el medio fondista, al hacer sus jocosas declaraciones, sólo quisiera provocar la risa de sus compañeros de palco; pero también despertó la ira de la gente de la comunidad Morris y, en particular, del artista pop David Owen, que se ha visto obligado a tomar medidas.

Según David Owen, los escoceses e irlandeses aman a su cultura popular pero parece que se avergüenzan de ella. Por eso el artista quiere mostrar que la danza Morris puede ser una alternativa, atractiva y diferente, algo de lo que “debemos estar orgullosos de mostrar al mundo sin que se burlen de ella", afirma.

A principios de septiembre David Owen convocó, a través de anuncios, a 5.000 bailarines Morris para que se presentaran en el Southbank Centre de Londres y así demostrar lo bien que lucirían ante el mundo y ante Sebastian Coe, que tendría que comerse sus chanzas con patatas ante la belleza de tamaña composición olímpica. No llegaron ni a cien los asistentes.

Así que el impulsor de la iniciativa se ha visto obligado a solicitar la ayuda de las Tropas de Asalto del Imperio, que se han presentado en forma de figura de cartón troquelado, tamaño natural y decorados con la banda tradicional de flores, una faja de seda en el pecho y cascabeles que adornan sus espinillas.

En total se han colocado mil unidades de las tropas de asalto en distintos puntos alrededor de la capital inglesa, y se están reclutando activamente nuevos miembros para llegar a la marca de cinco mil en 2012. Para recoger los Stormtroppers-morris y llevarlos a su barrio, sólo hay que pasar por la Galería Stark (Lee High Road, Lee Green, London SE12 8RW) y pedir un efectivo.

Durante el último lustro el artista, de 46 años de edad, se ha convertido en un renegado de la comunidad que tiene como objetivo reinventar visualmente la cultura popular de cara al siglo XXI.

Owen emplea el estilo de los artistas pop, como Roy Lichtenstein o Peter Blake, para crear lúdicos collages, combinando por ejemplo imágenes de Morrissey, la Ginger Spice, e incluso "La naranja mecánica" con bailarines-morris. A pesar de la hostilidad de algunos tradicionalistas del baile, sus cuadros han sido muy bien recibidos por la audiencia más joven, que busca descubrir la cultura popular de sus tatarabuelos.

Sebastian Coe aún no ha mostrado ningún remordimiento por su broma. Aunque, mientras el artista admite que obtendría un perverso placer al ver a 5.000 hombres-morris dando la vuelta al anillo olímpico en 2012, realmente piensa que este tipo de baile tradicional no tiene cabida en los estadios.

“No es un arte de performance, sino un ritual. Tienes que ir al pueblo donde los bailarines están bailando en la misma tierra que sus antepasados bailaban. Es una cosa tribal vinculado a la tierra y las estaciones", afirma, mientras defiende la singularidad del acto, ya que es muy difícil “ver a seis hombres fornidos de la mano con cascabeles en los tobillos, haciendo un baile tan afeminado. No se ve en otras partes de la sociedad..."

La colocación de las tropas de asalto vestidas de bailarines-morris por las calles de Londres ha logrado, en parte, el objetivo de rehabilitar la imagen de la danza Morris en el Reino Unido. No lo dudo. No puedo decir, sin embargo, que haga nada para mejorar la reputación de las tropas de asalto del Imperio, que son las que peor salen paradas en esta extraña permuta entre culturas populares separadas por años luz de distancia.

Fuente: David Owen en Inkcorporation

Fotos: Flickr

Vía: Metro

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