OPINION

El ejercito americano prueba en Afganistán tiendas de campaña solares para que los soldados carguen baterías

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Los soldados son profesionales cargados de tecnología. Ya no sólo de los aparatos necesarios para hacer más llevadera la distancia (laptops, reproductores, teléfonos...) sino también la propia dosis que requiere su trabajo (gafas de visión nocturna, comunicadores, linternas...). El Ejército de los EE.UU está introduciendo entre sus tropas de Afganistán textiles solares para cubrir las tiendas de campaña que puedan abastecer todas las necesidades energéticas, profesionales o privadas, de sus fuerzas.

Usando la tecnología flexible fotovoltaica (FV), la estructuras de la tienda de energía solar convierte la luz del sol en electricidad, eliminando así la necesidad de transportar combustible y ruidosos generadores en grandes cantidades. Los avances tecnológicos en el área de la energía fotovoltaica han hecho posible la construcción de materiales ligeros y portátiles, que son flexibles y pueden viajar fácilmente en el petate de la tienda desmontada.

Los productos que se están incorporando al equipaje castrense son tres; la Power Shade, o lona grande, que puede aportar 3 KW de potencia; the TEMPER Fly, que utiliza el reverso de las mosquiteras y las puertas para esconder las células y que ofrece 800 W de potencia; y the QUADrant, una esterilla que puede ponerse en el exterior a modo de manta solar y que llega para un apretón de 200 W.

La tecnología que usan es conocida como de silicio amorfo, muy utilizada en los años 80 para, por ejemplo, las calculadoras solares, pero que no había ganado una cuota de mercado significativa, sobre todo a causa de las dudas que había sobre su estabilidad en el tiempo.

Solucionados estos inconvenientes, para la fabricación de la células se usa la misma técnica usada para fabricar pantallas de cristal líquido (LCD): la superposición de capas de silicio amorfo, un material mucho más barato y disponible que el silicio cristalino usado actualmente en la mayor parte de los paneles solares.

El silicio amorfo abarata la generación de energía solar cerca de un 20% y permite integrar los elementos fotovoltaicos en el refugio militar utilizando un proceso de laminación que combina los materiales fotovoltaicos en el sustrato textil, haciéndolos todo uno.

Cierto es que ningún general quiere seguir subiendo generadores, combustible o baterías a la cima de una montaña. Pero estas tiendas brillan desde la Luna, por lo que habría que estudiar el grado de riesgo que puede suponer en cuestiones de localización por los aviones enemigos. Salvo esa cuestión, ya tardaba en llegar la generación solar al campo de batalla.

El que despilfarra la paga: una lona solar protegiendo un generador de campaña.

Fuente: US Army

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