¿Quiere desaparecer el PSOE?

Si el PSOE no favorece la investidura de Mariano Rajoy es porque quiere desaparecer. Primero fueron las declaraciones, ahora calladas, del Presidente extremeño, Fernández Vara, a favor de dejar gobernar al PP. Ahora es Josep Borrell, exministro y expresidente del Parlamento Europeo quién ha propuesto que: o bien algunos diputados no voten; o que haya un acuerdo formal de abstención a cambio de condiciones. El objetivo sería construir un Gobierno del PP con C's o del PP sólo.

Los números parlamentarios dicen que las únicas alternativas de Gobierno son: a) la gran coalición (PP-PSOE) con aditamento o no de C's; b) el PP, con o sin C's, permitido o apoyado por el PSOE. Todo lo demás es muy complicado. A la tesis PP-C's, con abstención de PNV y apoyo de CC, le faltaría un voto y, además, C's y el PNV no son miscibles dado que el primero quiere abolir el cupo fiscal para Euskadi y Navarra.

Borrell ganó unas primarias para ser candidato a Presidente español en 1998 y fue descabalgado por el PSOE alegando irregularidades en las cuentas fiscales de unos colaboradores. Oficialmente renunció a favor de Almunia, porque el Comité Ejecutivo socialista dejó de apoyarle. Almunia perdió las elecciones. Luego el catalán fue cabeza de lista en las elecciones al Parlamento europeo en 2004 y elegido Presidente del mismo.

La experiencia de Borrell le avala como comentarista político. Sánchez lo rescató para sus equipo. Ahora el exministro declara que el PSOE tendría que permitir un Gobierno popular ¿Por qué? Para dar estabilidad a España y evitar unas terceras elecciones que serían letales para los socialistas.

Unos nuevos comicios concentrarían aún más el voto en la derecha debilitando a C's. Rajoy obtendría más escaños y la situación parlamentaria se haría aún más complicada para los socialistas. El aumento de diputados del PP, por efecto de la ley D'Hont, reduciría los escaños del PSOE. El sorpasso popular en Andalucía se consolidaría y en el feudo socialista de Susana Díaz se tambalearía. Siendo éste el bastión del PSOE su viabilidad se vería cuestionada, porque, esta vez, sí, también sería desplazado en otras regiones por UP además de Cataluña y el País Vasco.

De segundo pasaría casi a tercero, empatando con UP que mantendría el voto concentrado de los radicales. El PSOE, como pasa en el baloncesto cuando un equipo se desorienta, necesita tiempo; para recomponerse. Su estructura territorial le ha salvado en último momento. El recurso a la militancia con poder local y autonómico ha evitado su descalabro. Pero ha perdido votos y escaños. Si mantiene la situación parlamentaria actual seguirá siendo el mayor partido de la oposición y tendrá la autóritas; de haber resistido. Si obliga a que se celebren unas nuevas elecciones lo pone todo en riesgo.

Así que, dentro de unos días, con las decisiones de la ejecutiva del PSOE, sabremos si quiere el suicidio colectivo y propicia unas nuevas elecciones, o si pide ese tiempo que necesita y permite que gobierne el PP. Los barones, y el aparato, tienen la palabra.