OPINION

Las petroleras han hecho el camino de Damasco

La ministra Teresa Ribera en el acto de los 25 años de la asociación AOP.
La ministra Teresa Ribera en el acto de los 25 años de la asociación AOP.
AOP

Las petroleras han hecho el camino de Damasco. Lógico dirán muchos, al fin y al cabo por esas latitudes está el petróleo. No es tan sencillo. Repsol, BP, Cepsa, Galp y Saras, los poderosos socios del lobby petrolero AOP, han hecho el viaje con accidente incluido, al estilo del recaudador de impuestos Saulo, luego San Pablo. Las petroleras se han caído del caballo. El negocio del petróleo llega a su fin y toca reconversión.

La AOP ha presentado una estrategia para adaptarse a los nuevos tiempos. Las petroleras quieren vender ecocombustibles en lugar de combustibles. ¿Qué que son los ecocombutibles? Los producidos a base de dióxido de carbono capturado, hidrógeno producido con agua y residuos forestales y plásticos, entre otros materiales. Es el gran viaje a Damasco de las petroleras o, si se prefiere la comparación, la rendición de Breda en acciones. Impensable hace apenas un año.

Lo del año no es una referencia para marcar un tiempo en el relato. Es real. Hace un año, Antonio Brufau (Repsol), Luis Aires (BP), Pedro Miró (recién relevado en Cepsa) y Josu Jon Imaz (Repsol), mantuvieron un largo e intenso aparte con la responsable de Industria, Reyes Maroto. Fue al término de un encuentro-celebración por el 25 aniversario de AOP. Los directivos rodearon –literalmente- a la aún ministra en funciones para trasladarle todo el malestar del sector por los planes adelantados por el Gobierno Sánchez para restringir el uso del diésel y de la gasolina.

En un año, camino de Damasco, aquellas lanzas se han transformado en cañas. No hay voces celestiales, pero sí hay voces de los mercados que indican a las petroleras el rumbo a seguir. Los combustibles fósiles forman parte del presente, pero cada vez menos del futuro. Alemania marca el camino con un aumento de impuestos ambientales -también al transporte- que va a costar a partir de 2021 más de 5.000 millones de euros anuales a las grandes compañías del Dax Xetra.

El economista Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI) resumió la situación en una ponencia reciente -'Finanzas y Cambio Climático'-. Según explicó, “llama la atención que en apenas 18 meses, estemos viendo a los principales inversores institucionales del mundo establecer objetivos cuantificables sobre su presencia en inversiones, en instrumentos considerados verdes”. Blackrock, la mayor gestora de fondos del mundo sostiene que “la inversión sostenible es hoy inversión inteligente”. Las petroleras han captado bien el aire.

Donde antes hubo oposición frontal, ahora hay reparto de papeles. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, sigue pidiendo en sus intervenciones públicas a los políticos -léase el Gobierno- que hagan la transición energética “cuidando en todo momento de no destruir aquello que funciona, nuestro sector automovilístico”. Pero ahora se admiten realidades impensables hace solo unos meses. El presidente de BP, Luis Aires, el mismo que hace unos meses cuestionó los planes del Ministerio de Transición Ecológica -en público y a la cara de la ministra Teresa Ribera- asume ahora que el aumento internacional de emisiones de gases en 2018 del 2%, el mayor en ocho años, muestra una senda "insostenible".

Los señores del petróleo saben que forman parte del problema. No hay disimulo que valga, por lo que han decidido sumarse a la moda verde. De momento, han propuesto convertir las ocho refinerías españolas -cinco de Repsol, dos de Cepsa y una de BP- en centros de producción de combustibles elaborados con materiales ecológicos. El objetivo: rebajar en 2050 un 90% las emisiones de CO2 del sector del refino, y hasta un 80% la intensidad de las emisiones de los carburantes.

El mensaje está lanzado. Ahora toca afinarlo. Porque la conversión consumada en el camino de Damasco necesita dinero y no está claro cuánto están dispuestas a invertir –arriesgar al fin y al cabo- las grandes compañías. El presidente de AOP; Aires, ha adelantado que serán “cientos o miles de millones”. No es una cantidad muy concreta, pero lo importante son las voces que guían por un camino sin retorno.

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