OPINION

Con tetas no hay oro olímpico

janafin
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Jana, antes, ahora y después.

Atorada entre el complejo de tener cuerpo de hombre y el deseo de ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, la campeona australiana de los 400 metros lisos (ahí duele), Jana Rawlinson ha decidido quitarse los implantes de silicona que se había colocado hace sólo nueve meses, lo que ya desató un debate nacional.

La mejor prueba de que el asunto pectoral es controvertido son las declaraciones de la propia Rawlinson a propósito de sus tetas. El pasado mes de mayo, según recoge 9 News, justificó su operación de aumento de pecho afirmando que "hace años, cuando tenía las tetas más grandes, sospecho que me ayudaron a ganar un par de carreras, pues llegaba antes a la foto finish". Sin embargo, su opinión al respecto ha cambiado diametralmente a día de hoy:

"Me encanta tener las tetas grandes, pero creo he crecido para reconocerme a mí misma y ser honesta sobre quién soy cuando me miro al espejo (...) quiero sentirme tan atlética como pueda, quiero saber que puedo llegar a Londres en la mejor forma posible".

En definitiva, que se va a quitar los implantes que antaño le dieron alguna victoria al sprint en la foto finish. Rawlinson cree que no el cuerpo requerido para triunfar en el atletismo no es incompatible con la feminidad: "Hay por ahí campeonas olímpicas -y no voy a dar nombres- que parecen tíos y yo no quiero lucir así". Ella no da nombres pero nosotros sí:  Caster Semenya, todo un hombretón desde el apellido a los bíceps.

Pero recuperar sus fornidos pectorales no es el único plan de la atleta. También pretende volver a casarse con Chirs Rawlinson, el que fue su marido y entrenador. Puede que Chris disfrute de la gloria olímpica pero se quedará sin palpar esas tetazas que, fugazmente, ha llevado la indecisa Jana.

Visto en Yahoo Noticias.

Otro que tampoco lo tenía claro, esta vez a nivel genital.

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