A los homosexuales de EEUU les pirran Micky Mouse, el castillo de Cenicienta y toda la panoplia del mundo Disney. Cada año el parque Magic Kingdom de Disney en Orlando, Florida, celebra una semana Gay, seis días en los que 160.000 personas de sexualidades variopintas se dejan cerca de 150 millones de dólares en el parque y los aledaños, un maná de dinero que la zona recibe con regocijo.
Sin embargo, a los grupos religiosos conservadores no les parece de recibo que parejas del mismo sexo caminen de la mano por Disneyworld, se besen en las atracciones y lleven camisetas “que promueven la homosexualidad”, así que van a fletar aviones hacia Florida para protestar contra el Desfile Gay y reivindicar el parque Disney para sus genuinos visitantes: las familias de toda la vida.
La Asociación de Familias de Florida considera que los niños que presencien a los gays abrazándose y divirtiéndose en público pueden estar tentados de volverse gays, tal vez por compararlos con sus propios familiares. Sin embargo, el organizador del evento Gay Day, Alexander Manlye considera que “nuestros invitados se comportan mejor que la mayoría de los asistentes de otras convenciones”. Además, “la economía local mejor considerablemente durante el evento”.
El Gay Day empezó espontáneamente en 1991, cuando una multitud de gays y lesbianas acudieron al parque vestidos de rojo para dar visibilidad al movimiento reivindicativo. Desde entonces, el evento ha ido creciendo y el propio parque se ha involucrado en la celebración, encantado con los ingresos extra.
Visto en la Gaceta de Wisconsin.
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