Menuda gracia: le deja como única herencia una colección de 13.000 objetos del mundo del payaso

¿Te imaginas que te regalen centenares de cuadros de payasos tristes? ¿Figuras de Lladró de payasos tocando el acordeón? ¡¿Cintas VHS con Charlie Rivel aullando?! Pues todo eso y mucho más es la herencia que un hombre de Florida ha recibido de su difunto suegro, coleccionista de objetos relacionados con el Universo Payaso y payaso él mismo.

Richard Levine, de 58 años, se toma con humor el inquietante legado recibido del que era su suegro Jack Kline, fallecido en 2010 a los 81 años y que dedicó 50 años de su vida a amasar una bizarra colección de 13.000 objetos que tienen al clown como protagonista. El difundo Kline solía adoptar la personalidad del “Payaso Jackie” para ir por los hospitales amargando los últimos meses de vida a los niños.

Para llevar a cabo los últimos deseos del finado, Levine tuvo que hacer seis viajes con un camión de diez metros para llevarse toda la memorabilia acumulada por Kline durante medio siglo. Ahora, la enorme colección descansa en un almacén de la localidad de Bozos, mientras el afortunado busca alguna salida para el legado: donarlo a un museo, venderlo en eBay o regalar las figuras a los chavales del barrio, aunque las reacciones de los chavales de Miami Sur, distrito caníbal, al recibir los payasos de cerámica darían para escribir una teleserie.

Entre resignado y divertido, el heredero reconoce en una entrevista en el periódico local que su estupefacción inicial ha dado paso a una creciente empatía hacia los payasetes: “Poco a poco empiezo a apreciar a los payasos de la colección, aunque más a los alegres. No pillo el punto a los payasos tristes”. Cuestión de tiempo, Richard. Se les acaba queriendo también.

Si quieres hacerte con alguno de los payasos de la colección o con toda ella a precio de ganga escribe a Richard Levine a clownjackey@gmail.com. Porque un payaso es para siempre.

Visto en el Centinela del Sol.