OPINION

Los bomberos liberan a un hombre que encajó sus dos piernas en una escalera de tres peldaños

escalera
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Hay veces que las escaleras las despliega el diablo. Aunque sean tan pequeñas como un taburete.

Este trabajador de una oficina en Lewisham, al sudeste de Londres, se va a pensar muy mucho si se vuelve a presentar voluntario para cambiar una bombilla, después de quedar atrapado en tan extraña posición, cuando resbaló en el segundo escalón y metió no una, sino las dos piernas entre los peldaños, en un lío de extremidades que haría temblar de daño articular al mismísimo Rudolf Nureyev.

Los compañeros de oficina, de los cuales ninguno tenía experiencia en nudos marineros, se vieron obligados a avisar a los bomberos para liberar al cautivo.

Se trata del último suceso de una serie de extrañas maniobras de rescate realizadas por los bomberos de la capital británica, que según sus estadísticas en lo últimos cinco años han incluido a un hombre atrapado en un cinturón de castidad, un niño escondido en un armario, 36 personas con las manos esposadas y una mujer a la que se le pegó el pie en el suelo con Loctite®.

Aunque todavía tienen fresco en su memoria su caso más querido, el de la pizpireta joven Danielle Morgan, que se acaba de convertir en un éxito en Internet después de quedarse atascada en un tendedero de la ropa.

La señorita Morgan, originaria del norte de Gales, se había caído de la cama de su compañera de piso, arrastrando al tendedero de la ropa que se precipitó encima de ella, metiendo su cabeza a través del marco. Morgan trató de mover una colcha que estaba secándose, con tan mala suerte que cerró el mecanismo de plegado.

Los bomberos tuvieron que utilizar herramientas y cortapernos para liberar a la joven, que en todo momento fue grabada por su compañera de piso muerta de la risa.

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Vía Metro

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