Un vecino de Florida se enfrentó a un robot de vigilancia de los cuerpos de élite de la policía, conocidos como SWAT, con su AK-47, destrozando de cuatro disparos el carísimo robot, que grabó toda la acción en vídeo hasta que su cámara quedó destruida por las balas.
El hombre se había atrincherado en su casa de West Melbourne, llamó a su familia y amenazó con suicidarse y matar a cualquiera que intentara impedirlo. Ante el cariz de la situación, a policía consideró que la mejor opción era enviar un robot para examinar la situación.
El vídeo muestra cómo el robot penetra en el hogar, examina la cocina y el salón y, de pronto, localiza a un hombre negro desnudo (sus partes, pudorosamente cubiertas en el vídeo distribuido por la policía) que primero intenta romper el robot intruso con sus manos y a continuación vuelve a aparecer enarbolando un rifle de asalto AK-47, con el que asesta cuatro certeros tiros en el vehículo oruga, dando por finalizado el vídeo.
A pesar del abrupto inicio del conflicto, la situación se solventó pacíficamente. Después de ordenar el desalojo de las viviendas adyacentes, el equipo de operaciones especiales negoció con el hombre, que procedió a vestirse y se entregó.
El robot, valorado en 65.000 dólares, quedó inutilizado.
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