Top 5- La evolución hace extraños compañeros de cama

Son extraños, desconocidos y, desgraciadamente, feos. Mucho influye su evidente parecido con ciertas partes bajas de la anatomía humana. Se trata de cinco de las especies más ignotas de la biodiversidad terráquea que en la ruleta de los parecidos razonables se llevaron, si no el peor número, por lo menos uno de los más bajitos:

1-Geoduck.

Esta chirla gigante tiene un nombre que es una evidente contradicción: la Panopea Abbreviata, más conocida como "almeja elefante", es originaria de la Costa Oeste de América del Norte y pasa por ser la almeja más grande del mundo. La geoduck (aunque sería más apropiado llamarla geodick) pesa alrededor de 1 kilogramo de media aunque puede llegar a los 5 kg. y el metro de longitud.

Esta almeja vive unos 146 años aproximadamente, una longevidad que se debe a la ausencia total de depredadores ya que la almeja vive a enterrada en el fondo marino a una profundidad directamente proporcional a la longitud de su sifón, por lo que sólo el hombre con aparatos de prospección puede hacerse con ellas. La modalidad de marisqueo ya se conoce como duckdiving.

Para muchos gourmets se trata de un platillo realmente delicioso; de hecho se han pagado precios de hasta 300 € por ejemplar y los que la han probado dicen que están para chuparse los dedos.

2- Welwitschia Mirabilis.

Procedente de los áridos parajes africanos, la Welwitschia Mirabilis es considerada como la planta más extraña del planeta. Endémica del desierto del Namibia, más extraño que su aspecto es aún su fisionomía, con sólo ¡dos hojas! que se abren y cuartean en una especie de amasijo vegetal.

Su esperanza de vida está entre los 1000 y 2000 años, pues se trata de una planta primitiva que ha seguido un camino evolutivo muy diferente al resto; de hecho no existe ninguna planta sobre la Tierra que se le parezca.

3- El melón Nara.

El Acanthosicyos horridus es otra planta que también crece en las dunas del desierto de Namibia. Conocida como "Nara melón", tiene más de 40 millones de años de historia, según fósiles encontrados. El melón Nara fue probablemente consumido con fruicción en el eterno verano de la Edad de Piedra y, quizá, de las pocas razones por la cual las tribus del desierto pudieron sobrevivir en este hábitat hasta la edad moderna.

4- El uacarí calvo.

Otro animal con el que los científicos han acertado de lleno: Cacajao calvus. Le viene que ni pintado a este primate que se caracteriza por tener todo el rostro, la frente y la parte superior del cráneo carentes de pelo y de un color rojo que contrasta con el resto del cuerpo. Incluso podría pasar por un mandril viejo de espaldas, si no fuera por sus ojos saltones y su reducido tamaño.

Vive en las áreas pantanosas del Amazonas, pesa alrededor de 4 kg y es conocido comúnmente por los oriundos de la zona como "mono guapo colorado" o "Huapo colorado", sobrenombre que no le ha librado de ser cazado hasta casi su desaparición por su sabrosa carne, muy parecida a la de los mamíferos a nivel de suelo.

5- Star-nosed Mole.

Aunque el animal más inquietante de todos resulta ser el "topo nariz de estrella", que dejamos a la imaginación de cada uno el buscar su similitud con la fisionomía humana más privada. El Star-nosed Mole es un tipo de topo que vive en la zona este de los EEUU y en Canadá, siempre en tierra muy húmeda.

Posee 22 dedos rollizos que le sirven para excavar y una nariz altamente sensible con 5 veces más terminaciones nerviosas que la mano humana, lo que le permite detectar presas fácilmente gracias a la vibraciones.  Un informe de revista Nature da a este animal el título de "mamífero que come más rápido del mundo": 120 milisegundos, tiempo que tarda en identificar y consumir el menú.

Su cerebro decide en el ultra corto tiempo de 8 ms si una presa es comestible o no; el resto es sólo zampársela. Esta velocidad está en el límite de la velocidad de las neuronas. También poseen la capacidad para oler bajo el agua. Hace una burbujas de aire que exhala sobre los objetos o rastros de olor y y luego las inhala para llevar los aromas de la nariz.

Feo sí; pero muy apañado.

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