OPINION

Un pensionista de 72 años es la persona más joven en conseguir el 10º Dan de judo

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Posiblemente George Kerr nos partiría el espinazo con un dedo por llamarle "pensionista", pero es que este escocés ya tenía ocho años de edad cuando la II Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin. Ese fue el momento en que, siendo estudiante en Edimburgo, George Kerr dio sus primeros pasos sobre una colchoneta de judo en un centro comunitario en Lorne Street, en Leith.

Su padre quiso que se dedicara al boxeo, y no a un arte marcial relacionado con el enemigo japo, pero era bastante malo con los guantes; así que se puso el kimono y funcionó.

Su padre habría estado orgulloso cuando este sábado el Sr. Kerr, ahora un vivaz hombre de 72 años, se convirtía en la persona más joven en ser nombrado Dan 10, el más alto honor del arte marcial japonés y un título que sólo ha estado en manos de 15 hombres desde que comenzó el siglo XIX.

De los otros seis "décimo dan" que quedan con vida, tres son japoneses, dos son holandeses y uno es francés. Y sus edades pueden imaginarlas viendo al benjamín del grupo.

El sistema de Dan es una forma de clasificación de las artes tradicionales japonesas y de las artes marciales. Se aplicó al judo en 1882 por el fundador del deporte, Jigoro Kano. El judo, teóricamente, puede llegar al 12 Dan, momento en que se termina el aprendizaje. Aunque nadie ha pasado del 10 por razones evidentes. Cada uno tiene un nombre diferente, desde Shodan hasta Judan.

Los que están en los primeros cinco niveles usan un cinturón negro, los siguientes tres visten cinturón rojo y blanco, mientras que el 9 º Dan y 10º Dan usan el cinturón de rojo entero. Sin embargo, para la práctica diaria la mayoría de los judokas simplemente usan un cinturón negro, que es más sufrido.

Aunque ha habido sólo 15 titulares de un 10º Dan, en 2006 la Federación Internacional de Judo tiró la casa por la ventana y dio el cinturón bermellón a tres judokas, que fueron galardonados con el grado máximo de forma simultánea, siendo los primeros cinturones que se ataban en 22 años.

La historia de amor del Sr. Kerr con el judo, aunque empezó con la guerra, se consolidó en 1957 cuando, con 19 años, ganó una beca de cuatro años para ir a Japón, donde estudió la técnica junto a los mejores judokas.

Una de sus posesiones más preciadas es una foto tomada precisamente en Japón que le muestra flanqueado por sus dos maestros japoneses. Ambos fueron en 10º Dan y el Sr. Kerr se complace ahora en ser el tercer maestro de la fotografía. Y el único vivo, que también es motivo para congratularse.

Vía Herald Scotland

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