Aceptan un acuerdo de 1 año de cárcel para un médico que ayudó a morir a una paciente terminal

  • Tarragona, 24 mar (EFE).- El presidente del tribunal popular que juzga en la Audiencia de Tarragona a un médico del hospital de Móra d'Ebre acusado de ayudar a morir a una enferma terminal ha aceptado hoy el acuerdo, alcanzado ayer por la fiscalía y la defensa, que condena al facultativo a un año de prisión.

Tarragona, 24 mar (EFE).- El presidente del tribunal popular que juzga en la Audiencia de Tarragona a un médico del hospital de Móra d'Ebre acusado de ayudar a morir a una enferma terminal ha aceptado hoy el acuerdo, alcanzado ayer por la fiscalía y la defensa, que condena al facultativo a un año de prisión.

El juicio contra el médico, Marcos A.H.G., ha quedado hoy visto para sentencia, después de que el presidente aceptara el acuerdo, que contempla un año de prisión por un delito de homicidio imprudente y una multa de 1.620 euros por un delito de cooperación al suicidio, así como la inhabilitación durante el tiempo que dure la condena.

Tras estudiar el caso, el magistrado presidente de la sección segunda de la Audiencia de Tarragona ha admitido el acuerdo de conformidad y ha ordenado disolver el tribunal popular que tenía que juzgar el caso.

Por lo tanto, el juez dictará sentencia condenatoria en los términos aceptados por ambas partes, de modo que el médico, que no tiene antecedentes penales, no tendrá que ingresar en prisión.

En la vista oral iniciada ayer, la Fiscalía pedía una pena de 10 años de cárcel e inhabilitación absoluta durante el tiempo de condena para Marcos A.H.G. por un delito de homicidio, mientras que la defensa reclamaba la libre absolución.

Tras escuchar la versión del acusado y de los distintos testigos, el fiscal modificó su petición inicial al entender que el acusado "creyó erróneamente" que la víctima, Carmen C.R., de 82 años, le pidió que acabara con su vida cuando, encontrándose en estado terminal, le suplicó que pusiera fin a su sufrimiento.

Durante el juicio, el facultativo, que fue despedido del hospital tras estos hechos y actualmente ejerce como médico en Inglaterra, explicó que suministró a la paciente por vía intravenosa 60 miligramos de cloruro potásico, a sabiendas del efecto letal de esta sustancia, por razones "humanitarias".

En este sentido, explicó que la víctima, que padecía un cáncer de colon y diabetes, ingresó el 28 de marzo de 2005 en "situación terminal" en el hospital comarcal de Móra d'Ebre tras sufrir un infarto de miocardio.

El acusado, que ese día estaba de guardia, le administró un tratamiento terapéutico, pero, dada la gravedad de su patología, acordó con los hijos de la paciente aplicarle una pauta de sedación a la espera de un fallo multiorgánico.

Ante las reiteradas peticiones de la fallecida y de sus familiares para que se "acabara con su sufrimiento", el médico decidió actuar "con humanidad" y optó por inyectarle un dosis letal de cloruro potásico, lo que le causó la muerte al instante, explicó.

Los forenses que declararon en el juicio avalaron el tratamiento curativo y la pauta de sedación que se practicó a la víctima, y coincidieron en señalar que la mujer habría fallecido en un periodo muy corto de tiempo, en un máximo de "dos o tres días".

No obstante, mientras los forenses citados por la Fiscalía afirmaron que el objetivo de la sedación terminal es "aliviar el dolor de la víctima" y el cloruro potásico "causarle su fallecimiento", el perito de la defensa objetó que "la única diferencia entre eutanasia y sedación es ética, pero el resultado de muerte es el mismo".

Por su parte, los hijos de la víctima consideraron que el acusado atendió "muy bien" a su madre. EFE.

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