Edward Snowden, el ciberespía que se arrepintió de trabajar para los servicios secretos de Estados Unidos

    • El analista denuncia el supuesto espionaje desproporcionado a todo ciudadano de EEUU.
    • Ha cambiado su cómoda vida en Haití por la de un huido al que cree que no le espera "nada bueno".
Edward Snowden, la última 'garganta profunda' que ha sacado los colores a EEUU
Edward Snowden, la última 'garganta profunda' que ha sacado los colores a EEUU
The Guardian vía Getty Images
M.T.T.

Una cuidada barba de pocos días intenta convertir su aspecto casi infantil en el rostro de un adulto. Tiene 29 años y hoy es probablemente uno de los hombres más buscados del mundo. Lo que ha hecho, desde luego no es un juego de niños: ha decidido sacar a la luz los supuestos abusos del ciberespionaje de EEUU.

Edward Snowden (Ed para los amigos) ha retado a su Gobierno diciendo alto y claro que es él quien ahora se ha atrevido a filtrar documentos sobre uno de los organismos más opacos del país, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). En lugar de sentirse amedrentado por la cadena perpetua a la que se enfrenta el soldado Bradley Manning por filtrar cientos de miles de documentos clasificados de ese país a Wikileaks, este joven parece sentirse fortalecido por lo que ambas 'gargantas profundas' defienden como una causa justa: que los ciudadanos sepan la verdad y puedan pedir justicia.

No sin miedo. En un vídeo grabado el pasado 6 de junio por el diario británico The Guardian, Snowden cuenta sus motivaciones desde su escondite en algún lugar de Hong Kong (se ha sabido que era un hotel que ya ha abandonado). Aunque su voz es pausada y clara, su nuez delata que traga saliva con cierto nerviosismo mientras el periodista Glenn Greenwald de The Guardian le entrevista."No quiero vivir en un mundo donde todo lo que hago
y digo queda grabado"

La semana pasada, The Washington Post y el periódico británico publicaron la existencia de programas informáticos que permiten a la NSA no solo registrar llamadas dentro de EEUU, sino también acceder directamente a los servidores de las mayores empresas de internet estadounidenses. El fin oficial es buscar conexiones sobre terrorismo, pero para Snowden existe un claro abuso en una vigilancia que, según él, afecta a cada ciudadano estadounidense.

"La NSA investiga las comunicaciones de todo el mundo, las ingiere por defecto [cada vez más dentro de EEUU]. Las recoge en su sistema y las filtra, las analiza, las mide, ¡las almacena! por un periodo de tiempo... Simplemente, porque esa es la manera más fácil, eficaz y valiosa de alcanzar estos objetivos", reconoce. Pero él no cree que ello sea motivo suficiente para seguir actuando así.

"Si quisiera ver tus correos electrónicos o el teléfono de tu mujer, solo tendría que interceptarlos. Puedo obtener tus correos, tus contraseñas, grabaciones de teléfono, tarjetas de crédito", ha declarado. "No quiero vivir en un mundo donde todo lo que hago y digo queda grabado".

"Yo, sentado en mi mesa, desde luego tenía la autoridad para realizar escuchas telefónicas [o espiar] a cualquiera, desde a ti a un juez federal o incluso al presidente [de EEUU], si tuviera su correo electrónico personal", destaca.

"No soy distinto a cualquier otra persona. No tengo habilidades especiales. Solo soy otro chico que está ahí sentado día tras día en la oficina, mira lo que pasa y cree que esto no es algo que nosotros debamos decidir. La gente debe decidir si estos programas [informáticos] o políticas están bien o mal", subraya sin atisbo alguno de aires de grandeza.Su mayor miedo, que su chivatazo caiga en saco roto

Pero, ¿por qué no desvelar estos supuestos abusos desde el anonimato, como han hecho otros en el pasado? Dice que es la única forma de defender su punto de vista frente a las versiones oficiales. Además, reconoce que sus filtraciones están "fuera del modelo democrático", por lo que "la gente se merece una explicación".

"Cuando estás en puestos de acceso privilegiado, (…) ves cosas quizás perturbadoras (…) y te das cuenta de que algunas de estas cosas son abusos. Y cuando hablas a la gente sobre ellos en un sitio así, (…) la gente tiende a no tomárselas demasiado en serio", lamenta.

Asegura que no está en contra de EEUU y que su mayor miedo es que su chivatazo caiga en saco roto. Ex analista de la CIA durante cuatro años y analista externo de la NSA hasta ahora, advierte sobre una bola de ciberespionaje que cada vez se hará más desmesurada si los ciudadanos no se quejan.

Con una oficina de la CIA calle arriba del piso donde The Guardian grabó esta entrevista, a Snowden se le escapa una sonrisa entre nerviosa y pícara cuando comenta: "[Las agencias de Inteligencia] van a estar muy ocupados la próxima semana [en referencia a esta]".

Asegura que vivirá con miedo el resto de su vida. "Si te quieren atrapar, lo harán". Por eso, ha abandonado su cómoda vida en Hawai, donde ganaba "un buen montón de dinero" como analista externo para la NSA, por esta vida de prófugo.

¿Qué espera que le pase ahora? "Nada bueno". No sabe si Hong Kong le deportará y baraja pedir asilo a Islandia, porque "han defendido a gente a favor de la libertad de internet".

Pero insiste en que él no es un enemigo de EEUU, solo quiere que cambien las políticas de vigilancia. "Podría haber vendido secretos al mercado, a Rusia [por ejemplo]. Si hubiera querido dañar a EEUU, habría podido apagar el sistema de vigilancia en una tarde".

¿Robin Hood de la ciberseguridad o traidor que pone en peligro la lucha antiterrorista de EEUU, como ha declarado director nacional de Inteligencia de EEUU, James Clapper? Sea como fuere, Ed Snowden ha querido dar la cara tras destapar el último escándalo que ha removido las aguas de la política de EEUU.

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