El PAN y el PRI se acusan mutuamente de tolerar el narcotráfico en un foro de banqueros

Acapulco (México), 19 mar (EFE).- Los líderes de los partidos Acción Nacional (PAN) y del Revolucionario Institucional (PRI), Germán Martínez y Beatriz Paredes, respectivamente, se lanzaron hoy acusaciones mutuas de tolerar el narcotráfico en México.

Durante un foro previo a la 72 Convención Bancaria, el dirigente del oficialista PAN exigió a su homóloga del PRI definir si apoya la política de seguridad del Gobierno federal o si "está de lado de personas que tienen vínculos, según la DEA (Agencia Antidrogas de EE.UU.), con el cartel de Juárez".

El estado de Chihuahua, el mas violento del país y donde opera el poderoso cartel de Juárez, es gobernado por José Reyes Baeza, del PRI, partido que mantuvo la presidencia de México ininterrumpidamente entre 1929 y 2000.

"Es el momento para que el PRI defina con rotundidad si apoya esta ruta de seguridad", dijo Martínez.

En su respuesta, Paredes lamentó el discurso del PAN, que calificó de "dañino para la democracia" y "poco maduro".

A su juicio, la acusación solo pretende "sacar raja (beneficio) electoral", al responsabilizar al PRI de un tema del que esa fuerza política se ha deslindado con "absoluta claridad".

El próximo 5 de julio casi 78 millones de mexicanos podrán votar en los comicios para renovar la Cámara de Diputados y elegir a gobernadores, alcaldes y congresos locales en 11 de los 32 estados del país.

Paredes aseguró que la confrontación entre partidos nada más favorece al crimen organizado, aunque recordó que el narcotráfico creció de manera "alarmante" durante el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006), del PAN.

La dirigente política señaló que podría precisar "con nombres" cómo se elevó este problema en numerosas regiones y municipios gobernados por políticos panistas.

Además, afirmó que el combate al narcotráfico y contra la inseguridad "no justifica el autoritarismo ni el Maccartismo".

En el foro, titulado "Posibles medidas adicionales para enfrentar la crisis", se pretendía conocer las propuestas de los principales organizaciones políticas del país para salir de la difícil coyuntura económica internacional.

Desde que asumió el poder en diciembre de 2006, el presidente mexicano, Felipe Calderón, que milita en el PAN, lanzó una ofensiva sin precedentes en la historia del país en contra de los grupos narcotraficantes.

El año pasado murieron en el país más de 5.600 personas en acciones relacionadas con el crimen organizado, más del doble de los decesos registrados en 2007.

Según Calderón, el 93% de esas muertes son de personas que están vinculadas directa o indirectamente a alguna de las bandas del crimen organizado.