ETA se apunta a la “vía catalana” mientras Puigdemont “compra” una entrevista con Jimmy Carter

Estos días vivimos instalados en un falso oasis vacacional e informativo, tan falso como el desarme de ETA. Hay que tener desvergüenza, mala conciencia y pocos escrúpulos para montar una entrega de armas como si fuera una donación de cuadros, estilo Tita Cervera. Lo que se montó en Bayona fue una fiesta cuando debió de ser un funeral por la “muerte” de ETA y el sufrimiento de sus víctimas. La banda terrorista ha sido derrotada policialmente, pero ahora quiere ganar la “batalla” de la imagen y de la memoria. Y lo que es igual de preocupante, quieren apuntarse a la vía catalana para trasladar al País Vasco un proceso independentista de corte parecido. De momento, sólo toman nota para ver cómo acaba la cosa del “procés”.

Mientras tanto, los cabecillas del independentismo catalán no reparan en gastos y en locuras para lograr que su quimera separadora no se muera. Carles Puigdemont sigue con su empeño de internacionalizar el “conflicto” y de reunirse con cualquier personaje que se preste con tal de darle oxígeno a la difícil criatura del “procés”. Hace unos días lo hizo con Jimmy Carter, que ostenta dos títulos difíciles de igualar: ser el rey de los cacahuetes y ser el peor presidente de toda la historia de los Estados Unidos.

Puigdemont se reunió con Carter aprovechando que éste tiene una fundación/negocio sobre conflictos internacionales. Lo del negocio lo escribo porque en la propia web de la Fundación se explica cómo funciona el tinglado, que por supuesto no le salió gratis a Puigdemont. Todo el que pague un jugoso caché de 10.000 $ tiene derecho a ser invitado a unos actos de la asociación y a entrevistarse con el ex presidente norteamericano. Pagando hasta San Pedro canta, dicen en Cataluña.

Por si el despropósito de verse con Carter pasando por caja fuera poca tontería, me entero por Arcadi Espada de que hace un par de días Puigdemont recibió en el mismísimo Palau de la Generalitat, en esta ocasión gratis aunque a lo mejor ya iba incluido en la factura de la Fundación Carter, a dos miembros de la Cámara de Representantes norteamericana. Un tal míster Dana Rohrabacher y su acompañante, míster Brian Higgins; ambos fueron recibidos en la Generalitat como si llegara el matrimonio Obama. Los misters en cuestión son especialistas, según Espada, en autodeterminación y marihuana. Así, como suena. Y ya sé que suena a broma pero no lo es. Ambos venían de Holanda de unas jornadas sobre la legalización de esta hierba y se pasaron por el despacho de Puigdemont para ver cómo van las cosas por aquí en el tema de la independencia. Sólo faltó que tras la reunión oficial, se hubieran fumado unos petas para demostrar su buena sintonía y su buen rollito.