Ibarretxe, un corredor de fondo de la política que aspira a su cuarto mandato

  • Vitoria, 12 feb (EFE).- Juan José Ibarretxe Markuartu, quinto lehendakari en la historia del Gobierno Vasco, es un corredor de fondo en su vida privada y en la política, a la que se ha dedicado desde que tenía 23 años.

Vitoria, 12 feb (EFE).- Juan José Ibarretxe Markuartu, quinto lehendakari en la historia del Gobierno Vasco, es un corredor de fondo en su vida privada y en la política, a la que se ha dedicado desde que tenía 23 años.

Ibarretxe aspira a su cuarto mandato al frente del Gobierno Vasco, tras ser elegido en 1998, 2001, y 2005.

Nació en Llodio (Alava) el 15 de marzo de 1957 en una familia obrera, está casado con Begoña Arregui y es padre de dos hijas, Nekane y Eneritz.

Se licenció en Economía por la Universidad del País Vasco, pero apenas ejerció unos meses en la empresa privada, toda vez que con 23 años ya consiguió ser alcalde de su ciudad natal. Más joven aún fue presidente de la sociedad ciclista de Llodio.

Militante del PNV desde su juventud, ocupó la Alcaldía de Llodio hasta 1987, aunque tres años antes -en 1984- obtuvo un escaño en el Parlamento vasco. Entre 1986 y 1994, ocupó la presidencia de la comisión de Economía de la Cámara vasca, cargo que compatibilizó unos años con la presidencia de las Juntas Generales de Alava.

En 1995, dio el gran salto: el entonces lehendakari, José Antonio Ardanza, le incluyó en su gabinete como vicelehendakari y consejero de Hacienda y Administración Pública.

Sus éxitos negociadores en la renovación del Concierto económico le catapultaron a la candidatura a lehendakari, tras dedicar también muchas horas a perfeccionar el euskera, lengua que ya domina, al igual que el inglés.

Así, en marzo de 1998, el PNV le nombró candidato a la presidencia del Gobierno vasco, y en enero de 1999 fue investido lehendakari.

Políticamente, él se define como defensor del Estado del Bienestar. "Yo no soy neoliberal", suele decir, aunque por encima de todo es un hombre práctico, al que le cuesta asumir las relaciones públicas que conlleva la Presidencia.

Tras una enfermedad, ya olvidada, adoptó la costumbre de seguir una rigurosa dieta, que le hace estar delgado y que le beneficia para sus tres grandes aficiones: el ciclismo, el atletismo -corrió varios maratones- y las largas caminatas por la montaña.

Tuvo que dejar el atletismo por problemas en sus tendones, lo que le llevó a concentrase en la bicicleta, donde acumula kilómetros y palizas, incluida la que se dio al subir el Angliru asturiano.

En sus aficiones se manifiestan dos rasgos de su carácter: la discreción y el trabajo. Una de sus frases favoritas es "vamos a trabajar, que se nos va a hacer de noche".

Es, en efecto, poco trasnochador, muy madrugador -el "despertador" de su casa, según afirma-, católico pero no practicante y, sobre todo, muy familiar.

Su tenacidad -reconoce que negociando puede ser un "pelma"-, está bien demostrada: por una parte, le ha facilitado gobernar en minoría en todas sus legislaturas; por otra, la insistencia en plantear una consulta sobre el futuro del País vasco le ha causado el aplauso de sus incondicionales y la irritación en sus adversarios políticos, siendo pasto de humoristas que le dibujan con un "raka-raka".

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