INVESTIGADORES DE LA COMPLUTENSE DESCUBREN QUE LAS PROTEÍNAS DE LAS ANÉMONAS DE MAR COOPERAN PARA ATACAR A SUS PRESAS

Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han descubierto que el veneno de las anémonas de mar está formado, en gran parte, por unas proteínas llamadas actinoporinas y que esas proteínas y los genes que las originan trabajan de manera conjunta para dosificar el veneno.
Las anémonas de mar son unos animales marinos que viven anclados a la arena y a las rocas y que para defenderse de los predadores y atrapar a sus presas utilizan un veneno muy potente, donde las actinoporinas juegan un papel esencial, al dañar a otros organismos creando poros en las membranas de sus células, desencadenando un proceso inflamatorio que, en el caso de presas de pequeño tamaño, es mortal.
Álvaro Martínez del Pazo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UCM y miembro del grupo de investigación Proteínas Tóxicas, detalló que “conocer su mecanismo de acción puede ayudar a fabricar antídotos” y que su línea de investigación consiste en “saber cómo funcionan estas toxinas para utilizarlas en nuestro beneficio”.
Además, mediante ensayos en laboratorio con dos de esas proteínas, los investigadores han demostrado que “mezclando distintas proporciones de diferentes actinoporinas pero de la misma anémona se pueden construir venenos con potencias muy diversas”, según señaló Martínez.
Con este estudio, los investigadores han descubierto que los genes ‘extra’ que parecían no tener función, en realidad sí pueden tenerla y producir cantidades mínimas de otras proteínas muy parecidas que modulen la potencia del veneno producido.
Según avanzó Martínez, “nuestro resultado podría llegar a ser extrapolable al comportamiento de proteínas humanas, responsables, por ejemplo, de la apoptosis o muerte celular programada”.

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