Aguas profundas, cuando la oscuridad esconde un tesoro

  • Àlex Bartolí (DSCC) para EFEverde.- Cuando pensamos en las aguas profundas, fácilmente podríamos pensar que estamos hablando de grandes desiertos submarinos donde la ausencia total de luz, las altas presiones, las bajas temperaturas, la poca disponibilidad de oxígeno disuelto en el agua y la falta de alimento disponible imposibilitan la existencia de un alto nivel de biodiversidad. Esta creencia se prolongó durante mucho tiempo, hasta que a mediados de del siglo XX, los diferentes avances tecnol

AGUAS PROFUNDAS
AGUAS PROFUNDAS

Àlex Bartolí (DSCC) para EFEverde.- Cuando pensamos en las aguas profundas, fácilmente podríamos pensar que estamos hablando de grandes desiertos submarinos donde la ausencia total de luz, las altas presiones, las bajas temperaturas, la poca disponibilidad de oxígeno disuelto en el agua y la falta de alimento disponible imposibilitan la existencia de un alto nivel de biodiversidad. Esta creencia se prolongó durante mucho tiempo, hasta que a mediados de del siglo XX, los diferentes avances tecnológicos permitieron a los científicos utilizar nuevas técnicas para muestrear animales de los sedimentos. Los fondos fangosos y/o arenosos, lejos de lo que comúnmente se cree albergan una biodiversidad muy elevada que, aunque se presenten en niveles de densidad bajos, los márgenes continentales albergan uno de los ecosistemas con mayor diversidad del planeta, probablemente comparable con las selvas tropicales y los arrecifes coralinos poco profundos.

Aunque la existencia de los jardines de coral de profundidad se conoce desde antiguo, no fue hasta la aparición de los submarinos científicos que se pudieron observar grandes extensiones de corales tan ricas y diversas como las de sus primos de aguas poco profundas. Los corales de aguas frías de las profundidades no tienen algas simbióticas debido a la ausencia de luz. De las 672 especies catalogadas de corales pétreos no simbióticos, unas 500 especies corresponden a las aguas profundas, llegando incluso hasta profundidades de 6.000 metros. Algunas de las formaciones coralinas de alta profundidad se estima que pueden llegar a tener entre 5.000-8.000 años de antigüedad. Aunque los corales nos llamen más la atención por su espectacularidad, las praderas con extensiones de esponjas o los ecosistemas que forman los montes submarinos, la vida de las dorsales oceánicas o la que vive sobre o bajo los primeros centímetros del sustrato representan partes muy importantes de la vida marina. No hay que olvidar que estas complejas estructuras además de la importancia que tienen por sí mismas, juegan un papel muy importante en los ecosistemas de profundidad, ya que confieren lugares de protección, cría, resguardo para un gran número de especies.

La mayor parte de biodiversidad de las aguas profundas se halla situada en zonas que conocemos como montañas submarinas. Estas montañas submarinas pueden elevarse hasta más de 1000 metros sin llegar a salir a la superficie. Aunque faltan muchas de estas montañas por descubrir y localizar en los mapas, se calcula que en el mundo pueden existir más de 100.000 montañas de este tipo. Debido a sus características físicas y las altas corrientes, estas estructuras tienden a generar grandes acumulaciones de plancton que atrae a una enorme cantidad de vida marina, siendo unos de los tesoros biológicos más grandes del mundo.

Según estudios científicos, más de cien millones de especies podrían habitar las aguas profundas, pero no hay que olvidar que lo extremo de estos hábitats condiciona la vida de estos organismos confiriéndoles unas características que implican una gran fragilidad. Las especies de aguas profundas tienden a ser muy longevas, de lento crecimiento, lenta maduración sexual y escasa capacidad reproductiva por lo que la pesca de estas especies fácilmente llega a colapsar las poblaciones. Un claro caso extremo sería el del reloj anaranjado (Haplostethus atlanticus), un pez de profundidad que puede llegar a vivir 150 años y que madura sexualmente alrededor de los 30 años de edad.

Cuanto más conocemos de las profundidades, más conscientes somos de su importancia y riqueza pero también de los irreparables daños que las actividades humanas están causando en estos ecosistemas, por lo que cada tipo de explotación biológica o mineral, sea cual sea su forma, debe ir íntimamente ligada a medidas de conservación. No hay que olvidar que en las profundidades, donde todavía faltan muchas especies por descubrir, existe un amplísimo potencial para el descubrimiento de nuevos fármacos y otras aplicaciones.

Por el caso que ahora nos ocupa, obviamente relacionado con la reforma de la ley de pesca en aguas profundas de la Unión Europea, en especial nos deben preocupar aquellos daños causados por la sobrepesca, capturas accidentales y por aquellos daños causados también sobre los ecosistemas por artes destructivas como el arrastre de fondo. En el próximo artículo analizaremos diferentes posibilidades de protección para los Ecosistemas Marinos Vulnerables que deberían estar incluidos en la nueva ley para tratar de asegurar su supervivencia.

Àlex Bartolí

Deep Sea Conservation Coalition para EFEverde

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