Científicos descubren que la contaminación ambiental puede favorecer a las especies invasoras


Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que la contaminación ambiental puede favorecer a las especies invasoras, gracias a un trabajo que describe por primera vez cómo influye un pesticida presente en ecosistemas de aguas salinas en el proceso invasivo del pequeño crustáceo ‘Artemia franciscana’, empleado en acuicultura.
El estudio, publicado en la revista ‘Acuatic Toxicology’ y en el que han participado investigadores de las universidades Jaume I de Castellón y de Valencia, se ha realizado utilizando microcrustáceos del género ‘Artemia’, que incluye a varias especies gemelas bisexuales y partenogenéticas, según señaló este viernes el CSIC.
Estas últimas especies pueden reproducirse a partir de células sexuales femeninas no fecundadas. Los huevos de resistencia de este crustáceo, denominados quistes, se utilizan en acuicultura y acuariofilia para, tras su eclosión, producir alimento vivo (plancton) con el que alimentar fases tempranas de organismos marinos.
Según la investigación, los mecanismos por los que la especie invasora desplaza a las autóctonas son todavía objeto de estudio, aunque ahora se sabe que el proceso invasivo puede encontrarse favorecido, entre otros motivos, por la mayor resistencia de ‘Artemia franciscana’ al tóxico, su mayor supervivencia y una reproducción más eficiente.
“Hemos visto que la tolerancia al tóxico por parte de la especie invasora ‘A. franciscana’, así como su mayor éxito reproductivo y su capacidad de adaptación, le dan ventajas frente a la especie autóctona ‘A. parthenogenetica’. Esos factores pueden desempeñar un papel clave en el proceso de invasión cuando un contaminante ambiental crea presión selectiva”, explicó el investigador del CSIC Juan Carlos Navarro, del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal.
Navarro añadió que “la comercialización de los quistes de ‘A. franciscana’, originaria del continente americano, ha favorecido su introducción, voluntaria o accidental en gran parte de ecosistemas hipersalinos del mundo, incluidos los de la Península Ibérica. En coexistencia con las formas autóctonas, 'A. franciscana' tiene ventaja competitiva, y se comporta como una especie invasora”.

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