Dispositivos electrónicos alimentados con la vibración y el movimiento

  • ¿Y si las baterías no fueran necesarias? Investigadores del MIT trabajan en el desarrollo de sistemas que convierten pequeños movimientos y vibraciones en energía eléctrica capaz de alimentar sencillos dispositivos electrónicos.
Nacho / Microsiervos

Desde el Siglo XIX se sabe que ciertos materiales, entre los que se encuentran sobre todo cristales y compuestos cerámicos, generan electricidad cuando se les aplica presión, movimiento o se hacen vibrar de forma física o a través de campos magnéticos y eléctricos.

Aplicando este principio, es posible hacer funciona sencillos dispositivos sin necesidad de utilizar batería, obteniendo la electricidad necesaria únicamente de movimientos naturales.

Una aplicación sería la de ciertos implantes médicos que pueden alimentarse de forma indefinida a partir de los movimientos del paciente que los utiliza; otros casos serían sensores que controlan el estado de infraestructuras tales como oleoductos, puentes o carreteras que obtendrían la electricidad necesaria para funcionar a partir de las vibraciones causadas por el tráfico rodado.

De este modo es como pueden funcionar también los sensores de presión de neumáticos, que pueden efectuar la medición y transferirla a una centralita gracias a la energía obtenida con el movimiento de las ruedas cuando el vehículo está en marcha.

La investigación del MIT incluye tanto añadir otras vías para la generación de electricidad -por ejemplo, a partir de cambios de temperatura- y combinar los diversos métodos de obtención en un único sistema de alimentación que amplíe su fiabilidad y por tanto sus aplicaciones y posibilidades de uso.

Aunque que se trabaja sobre principios ya conocidos, la clave de la investigación está en lograr una mayor eficiencia en la conversión y obtener toda la electricidad como sea posible teóricamente, ya que actualmente estos sistemas sólo son capaces de obtener pequeñas cantidades de electricidad, insuficientes de momento para alimentar dispositivos más complejos,

El nivel de potencia de un teléfono móvil está fuera del alcance de lo que se puede obtener hoy a partir de los movimientos naturales de una persona, aunque sí podría aplicarse a dispositivos más simples, como un reproductor de música.

Actualmente la aplicación de estas tecnologías se centra en dispositivos en los que es más crítica su dependencia de las baterías y en las que además resultan más complicados de acceder físicamente para cambiarlas o cargarlas, tales como sensores medioambientales, estructurales y monitores biomédicos implantados en pacientes.

(Vía MIT News.)

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