El Kilogramo ha ganado peso y hay que ponerlo "a dieta"

    • El prototipo internacional del kilo ha ganado unos 100 microgramos desde su fabricación.
    • Un grupo de investigadores desarrolla una técnica para limpiarlo de partículas contaminantes.
El prototipo internacional del Kilogramo, guardado en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas de París
El prototipo internacional del Kilogramo, guardado en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas de París
lainformacion.com

El prototipo internacional del Kilogramo se guarda celosamente en una sala de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas de París, protegido por una triple campana de cristal y bajo un régimen de visitas absolutamente restringido. Bajo esta especie de quesera, se encuentra un cilindro de 39 milímetros construido en 1889 con una aleación de platino (90%) e iridio (10%) que marca la medida estándar del kilo y del que se distribuyeron 40 copias por todo el mundo. Pero los años no pasan en balde y el kilogramo también sufre las consecuencias.

Utilizando un equipo especial de medición, investigadores de la Universidad de Newcastle ha comprobado que el prototipo es ahora unos 100 microgramos más pesado que en la fecha de su fabricación, debido principalmente al efecto de los contaminantes atmosféricos sobre su superficie.

El profesor Peter Cumpson y el doctor Naoko Sano han desarrollado una técnica, bautizada como Espectroscopia de Fotoelectrones de Rayos X (XPS), que analiza superficies similares a las del prototipo y puede eliminar contaminantes como los hidrocarburos mediante un baño de rayos ultravioleta y ozono. Y este "baño de luz", proponen en el diario Journal of Metrologia, podría ser la solución para los microgramos de más que acumula el prototipo.

"El problema es que hay pequeñas diferencias", asegura Cumpson. "Alrededor del mundo hay cuarenta réplicas que están aumentando peso a diferentes ritmos, diferenciándose del original". Esta pequeña diferencia tiene un gran impacto a escala global, pues en casos de materiales muy valiosos una diferencia de microgramos puede tener un gran coste. El único escollo para que el sistema sea perfecto es conseguir eliminar la contaminación por mercurio, que forma un fuerte enlace metálico con el platino del cilindro y es muy difícil de separar.

El kilogramo es la última de las siete unidades de medida del sistema métrico internacional que aún se basa en un objeto físico. Todas las demás, como el metro, se han ido adaptando a los tiempos y tomando como referencia fenómenos atómicos y cuánticos de gran precisión. Desde hace unos años, varios equipos internacionales trabajan en la búsqueda de una alternativa para el prototipo de kilogramo que no se base en una pieza de metal. Algunas de las posibilidades pasan por construir esferas que contengan un número preciso de átomos y se realizan experimentos para discriminar las fuerzas eléctricas de las de la gravedad, que determina la masa del objeto.

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