Son personajes conocidos, algunos hemos crecido viéndolos en la pantalla, daba igual si tenían más o menos dinero, si trabajaban, hacían pasteles o se dedicaban a mover su varita mágica, todos ellos estaban tan contentos que su vida se narraba con música. Pero, ¿la alegría de la vida de los personajes Disney sería igual en la vida real?
Según la Universidad de Duke, Carolina del Norte, ni el enanito gruñón yendo a trabajar a la mina ni el deshollinador más famoso de Disney se pegarían todo el día cantando.
Los investigadores trabajaron observando un total de 32 películas de la conocida productora. Del mismo modo, dividieron a sus protagonistas según la clase social a la que pertenecían. Por ejemplo, en la clase obrera había personajes que eran soldados, marineros, mineros o ocupando la más baja los desempleados.
El resultado mostró como, en la mayoría de los casos, el personaje principal es rico y la mayoría de los actores de primera clase o príncipes, es decir, que la clase obrera pocas veces estaba representada. Y además, el estudio afirma que cuando se representaba la clase más baja era de manera muy poco realista ya que todos los personajes trabajadores de Disney están contentos de serlo y con carencias de dificultades.
Asimismo, los investigadores afirman que este tipo de películas "sugieren que la desigualdad de la clase social es benigna ya que los trabajadores que están en la parte inferior de la escalera del estatus social sufren poco y llevan una vida relativamente estable.
En conclusión, el estudio afirma que, en general, las películas para niños hacen que la pobreza y las clases inferiores parezca lo merecido para esos personajes restando importancia al verdadero sentido y el verdadero esfuerzo que hay en la clase trabajadora.
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