Los ingenieros planean 'secar' las Cataratas del Niágara para reparar unos puentes

    • Nueva York planea 'desaguar' la Catarata Estadounidense del Niágara para que un equipo de arquitectos pueda llevar a cabo la necesaria reparación de dos puentes de 115 años de antigüedad.
    • Un proceso similar ya fue llevado a cabo en 1969, donde se estudiaron los efectos de la erosión en el entorno. Multitud de turistas se acercaron para observar un espectáculo único.
Las Cataratas del Niágara son una frontera natural entre Estados Unidos y Canadá
Las Cataratas del Niágara son una frontera natural entre Estados Unidos y Canadá

Las cataratas más famosas del mundo occidental podrían 'secarse' temporalmente para que un equipo de arquitectos pueda reparar dos puentes de piedra de 115 años de antigüedad. Las Cataratas ya fueron 'desaguadas' en 1969 para que se pudiera estudiar la erosión que ocasionaban.

El Departamento de Parques del estado de Nueva York ha propuesto diezmar el torrente de las Cataratas del Niágara. El debate público que lo aprobaría está pendiente de la fecha de aplicación y de consensuar todas las posturas interesadas. Las Cataratas se drenarían para facilitar la labor del equipo de ingenieros.

El motivo sería una necesaria reforma que se ha de llevar a cabo en dos puentes de piedra de 115 años de antigüedad que cruzan la Isla de la Cabra por la mitad. El continuo torrente de agua imposibilita dicha labor, por lo que es fundamental 'secar' las Cataratas del Niágara. En principio, sólo se vería afectada la Catarata Estadounidense y no la Canadiense, ya que las cascadas se encuentran en la frontera entre ambos países.

Un proceso similar fue llevado a cabo de junio a noviembre de 1969. La Catarata Estadounidense fue drenada para que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estudiara cómo se estaba erosionando el entorno. Entonces, se tuvo que desviar el flujo acuático a la Catarata Horseshoe--o Canadiense--. Pese a que no corría agua, el flujo turístico incluso se incrementó, ya que multitud de gente sentía curiosidad por ver lo que normalmente no se ve: la pared de roca de 30 metros de media sobre la que se precipita el agua.

Por ahora, se desconoce cuánto tiempo sería necesario para llevar a cabo las reparaciones ni cómo se llevarían estas a cabo. Lo que sí está claro es que será una oportunidad única para comparar el aspecto actual con el de 1969 y que el proyecto será una proeza de ingeniería.

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