Pantallas flexibles: a un paso más cerca de la comercialización

  • Applied Materials centra sus esfuerzos en estandarizar los procesos de fabricación.
Lektu / Microsiervos

Hace al menos una década que los principales fabricantes de ordenadores y de electrónica de consumo, como Hewlett-Packard, Toshiba, Sony o LG, sueñan con disponer de pantallas flexibles.

Su introducción permitiría fabricar ordenadores y dispositivos electrónicos más ligeros, económicos, resistentes, de mayor tamaño y, por tanto, capaces de mostrar más información. Además, las pantallas flexibles son un paso necesario en el sueño del ordenador enrollable.

Las pantallas flexibles no son una novedad (Sony presentó recientemente una de tecnología OLED capaz de enrollarse en un radio de cuatro milímetros). El problema es que la tecnología para fabricarlas aún está en sus comienzos, muy lejos de la estandarización alcanzada, por ejemplo, en los chips (donde el tamaño de la oblea de silicio es común, por ejemplo, con independencia de que el chip lo vaya a fabricar Intel, AMD o IBM). En el campo de las pantallas flexibles, cada fabricante va por su cuenta y busca sus propias soluciones.

Para fabricar pantallas flexibles, es necesario poder imprimir circuitos flexibles, es decir, matrices de transistores. La clave está en hacerlo imprimiendo los circuitos sobre el material base (un rollo de plástico o metal) de forma continua, en vez de fabricarse por lotes. El proceso para conseguirlo es una tecnología llamada deposición química de vapor o CVD pero resulta difícil, ya que hay que conseguir que las diversas capas (la base y los materiales activos) coincidan a la perfección.

Esto no es complicado en ciertas aplicaciones, como etiquetas RFID y células fotoeléctricas para paneles solares, pero los circuitos necesarios para una pantalla necesitan una mayor precisión. Cada fabricante soluciona el problema utilizando diferentes materiales activos, substratos y métodos de alineación.

Applied Materials, uno de los principales fabricantes de equipo para la manufactura de chips y pantallas de cristal líquido, pretende cambiar eso. Para ello trabaja en el desarrollo de una máquina capaz de realizar la deposición química de vapor sobre una amplia variedad de sustratos, como láminas de acero inoxidable y películas de plástico. Su aplicación permitiría a los fabricantes de dispositivos electrónicos abaratas los costes y concentrar los recursos en el desarrollo de nuevos productos.

Por el momento, los prototipos sólo son capaces de imprimir matrices de transistores con precisión suficiente para fabricar las pantallas de un lector de e-book, aunque la empresa no se rinde. El objetivo declarado es tener los equipos a la venta en un plazo de tres a cinco años. Parece que aún tendremos que esperar un poco para tener un iPad enrollable.

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