¿Por qué la gente graba los atentados con el móvil en vez de ayudar a las víctimas?

Los vídeos y fotografías de acontecimientos como los recientes atentados de París han circulado como la pólvora en las redes sociales. Sin embargo, tras el impacto inicial, muchos se preguntan por qué la gente en vez de ayudar, lo primero que hace el coger su móvil y ponerse a grabar.

Un ejemplo: la noche del pasado sábado en Londres un hombre armado con un machete atacó a varias personas en la estación de metro Leytonstone. Las personas que se encontraban en el lugar, grabaron el atentado casi al completo, pero no ayudaron a las víctimas.

David Pethers, por el contrario, trató de enfrentarse al atacante. En una entrevista a 'Daily Mail', el hombre relata que mientras él trataba de proteger a los niños que pasaban, los demás estaban grabando. Después, otro testigo se le acercó y le dijo: "Bien hecho, quiero darte la mano, usted es el único que ha hecho algo, lo tengo todo grabado".

El psicoterapeuta Richard Reid cree que es importante tratar de entender esta nueva reacción ante el peligro. "Debido a que los acontecimientos como los ataques terroristas no son comunes en nuestra realidad, las personas a veces reaccionan como si estuvieran viendo una película. No se les ocurre que podrían estar en peligro ellos mismos ni ayudar a alguien. Es algo natural y tenemos que aceptarlo", explica Reid a 'The Telegraph'.

Pero, ¿cómo se puede explicar desde el punto de vista psicológico el deseo de grabar un hecho violento? El experto sostiene que es una manera de "dar sentido a lo ocurrido".

No obstante, según otro psicoterapeuta, Einar Jenssen, el problema es que los jóvenes están acostumbrados a ser observadores en sus propias vidas a través de las redes sociales.

"Están acostumbrados a acudir a un teléfono móvil en cada evento. Es bastante sorprendente, ya que de hecho asciende a los instintos de los mamíferos. Si se considera en términos evolutivos, se explica por el deseo de mantenernos seguros. Claro que uno no estará protegido convirtiéndose en un observador, pero internamente sí que lo estará, esto protege al cerebro", concluye.