El 1 de junio de 2009, el vuelo Air France 447 desapareció sobre el Atlántico, dejando tras de sí un saldo de 228 muertos y desaparecidos. Por desgracia, la caja negra cayó en una zona de gran profundidad y fue imposible encontrarla antes de que las baterías que activan su señal ultrasónica se agotasen. Por consiguiente, nunca se sabrá con total certeza cual fue la causa del accidente.
Esa pérdida podría haberse paliado de estar en servicio la "caja transparente" propugnada durante la última década por el profesor Krishna M. Kavi, de la Universidad del Norte de Texas.
Las cajas negras, que son en realidad de brillante color naranja, graban en tiempo real hasta 25 horas de datos antes de sobreescribirlos, así como 180 minutos de conversación (30 minutos en las cajas más antiguas). Entre los parámetros de obligada grabación se cuentan la altitud, velocidad, tiempo de vuelo, aceleración, rumbo respecto al norte magnético, flujo de combustible, posición de las superficies de control e información sobre el estado de los motores.
Aunque las cajas negras son tan resistentes como una caja fuerte, en ocasiones se pierden o resultan dañadas o destruidas.
Hoy en día parece factible una solución alternativa: la "caja transparente", que transmitiría toda esa información en tiempo real a las estaciones de tierra para su grabación y análisis. Sería incluso posible que, en caso de detectarse una anomalía, los sistemas de tierra solicitasen a los del avión información de diagnóstico adicional.
Además, el sistema de monitorización propuesto no solo grabaría los datos de miles de vuelos, sino que los analizaría en busca de patrones que señalasen posibles problemas antes de que estos se produjesen.
La caja transparente presenta actualmente dos dificultades técnicos: la conexión continua, y el ancho de banda. Para mantener la conexión en todas las circunstacias, el profesor Kavi propone utilizar enlaces vía satélite, usando la banda Ku (de 12 a 18 gigahercios) ya que resulta menos afectada por los obstáculos.
En cuanto al ancho de banda, que en las transmisiones por satélite siempre es un recurso escaso, y más dado que se trata de registrar la actividad de miles de vuelos simultáneos, Kavi propone varias soluciones. Una sería enviar solo los datos de vuelo, y no los registros de las conversaciones de cabina.
Además, en vez de transmitir todos los parámetros continuamente, bastaría con enviar aquellos que difieran significativamente de las mediciones anteriores. Asimismo, la cantidad de datos a enviar variaría según la fase del vuelo, siendo más importante la información recabada durante las fases críticas del despegue y aterrizaje. Por último, sería posible acumular los datos menos urgentes y enviarlos en los momentos en que hay más ancho de banda disponible.
En cualquier caso, la caja negra se seguiría utilizando como copia de seguridad.
Aunque las ventajas de la "caja transparente" son evidentes, no dejan de existir obstáculos: por un lado, la inercia de los organismos internacionales y gobiernos; y por otro, la reticencia de los pilotos, que temen que signifique el comienzo de una monitorización continua de su trabajo. Será necesario solventar ambos problemas antes de este sistema pueda implantarse.
{ Fotos (CC) Bob Butcher y edvvc @ Flickr }
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