Rsc. Fundación ruta de la luz corrige fuertes astigmatismos infantiles en el kurdistán


La Fundación Cione Ruta de la Luz ha viajado por primera vez al Kurdistán para iniciar allí un proyecto de cooperación internacional en el que ha contado con la colaboración de la Fundación Repsol y que ha posibilitado la corrección de varios casos de astigmatismo infantil.
Según informó este miércoles Ruta de la Luz, cuatro han sido los ópticos encargados de llevar a cabo esta misión en Kurdistán, "un país que no padece una pobreza extrema, pero que sí carece de acceso a la salud visual".
Estos profesionales han concentrado su labor en cinco colegios ubicados en el área de influencia de la ciudad de Erbil (Iraq), donde la óptica más cercana se halla a más de tres horas en coche.
Los cooperantes han revisado la vista de un total de 1.078 pacientes, en su inmensa mayoría menores de entre 5 y 17 años, de los que 176 necesitarán corrección.
Algunas de las recetas visuales, las que contenían las graduaciones más habituales, se han entregado in situ por los voluntarios en forma de gafas premontadas.
Los talleres solidarios de la Fundación Cione Ruta de la Luz trabajan ya para montar el resto, de manera que la Fundación Repsol pueda hacerlas llegar a sus beneficiarios antes de que finalice este 2013.
"Nuestros voluntarios han detectado un gran número de astigmatismos altos", que se pueden deber a la sequedad climatológica y a que la arena provoca que se froten los ojos en exceso, ha explicado Nerea San Sebastián, una de las profesionales que han viajado a la zona. "Curiosamente", ha añadido, "hemos encontrado pocas miopías, a diferencia de lo que ocurre entre la población occidental".
Desde el punto de vista profesional, los cooperantes se han sorprendido igualmente ante la escasa incidencia de cataratas y pterigium que han encontrado, teniendo en cuenta la fuerte radiación UV que sufre el país.
Los cuatro voluntarios destacan la logística llevada a cabo "con la máxima eficacia" por la Fundación Repsol para sacarle provecho a la permanencia de la misión en Kurdistán.
Asimismo, destacan la hospitalidad Kurda. "Mientras trabajábamos, siempre había alguien pendiente de lo que pudiéramos necesitar. Agua, un poco de chocolate, o lo que hiciera falta para ayudarnos en las revisiones", aseguran.

Mostrar comentarios