Sánchez Salas continúa adelante con el Diccionario geográfico popular de Cela

  • Madrid.- Gaspar Sánchez Salas, secretario personal del escritor Camilo José Cela, ha logrado sacar adelante, sin apoyos institucionales de ningún tipo, un nuevo volumen del "Diccionario geográfico popular", un proyecto que el Premio Nobel de Literatura emprendió en los 70 y cuya primera entrega vio la luz en el 98.

Sánchez Salas continúa adelante con el Diccionario geográfico popular de Cela
Sánchez Salas continúa adelante con el Diccionario geográfico popular de Cela

Madrid.- Gaspar Sánchez Salas, secretario personal del escritor Camilo José Cela, ha logrado sacar adelante, sin apoyos institucionales de ningún tipo, un nuevo volumen del "Diccionario geográfico popular", un proyecto que el Premio Nobel de Literatura emprendió en los 70 y cuya primera entrega vio la luz en el 98.

El "Diccionario Geográfico Popular de Madrid" se presentó hoy en el Círculo de Bellas Artes, en un acto en el que el autor estuvo arropado por Camilo José Cela Conde, hijo del autor de "La Colmena" y un gran defensor de este proyecto, que fue para su padre "una ilusión, una idea y una ciencia: la dictadología tópica".

Esta disciplina pretende recoger las múltiples manifestaciones lingüísticas que guardan relación con el territorio español. Desde topónimos y gentilicios hasta refranes, cantares, dichos, locuciones adverbiales y proverbiales.

Cela Conde oyó hablar "por primera vez" de la dictadología tópica cuando su padre fue nombrado en 1981 "catedrático ordinario por métodos extraordinarios" -ésa era la fórmula que utilizaba el Ministerio- de la Universidad de las Islas Baleares.

El gran novelista ejerció hasta 1986 su cátedra de geografía y literatura populares. Cuando se jubiló no quiso que se perdiera su disciplina que bautizó como "Dictadología tópica", fruto de esa pasión que él tenía por todo lo popular y que dejó reflejada en obras como "Viaje a la Alcarria" o Primer viaje andaluz".

Como contó hoy Cela Conde, su padre era muy dado a tener "raptos de actividad ajena", es decir, "inventaba algo que luego significaba mucho trabajo para otros".

Así, para emprender el proyecto del "Diccionario geográfico popular de España", embarcó a todos los carteros rurales del país. Cela les escribió para pedirles que le enviaran información sobre los gentilicios, motes y chascarrillos que se decían en sus respectivos pueblos, y el resultado fueron "30.000 ó 40.000 fichas" y una distinción: lo nombraron cartero honorario.

También embarcó en la tarea a su propio hijo que, mientras estudiaba Ingeniería en Madrid, recorrió la provincia "a lomos de un Seat 600", preguntando "cómo llamaba la gente a los del pueblo y, sobre todo, qué nombre le daban a los de los pueblos vecinos, detalle siempre mucho más jugoso".

El 1998 se publicó el primer tomo de este ambicioso Diccionario, y el proyecto "quedó truncado" hasta que Gaspar Sánchez, secretario personal y discípulo de Cela, "cogió la antorcha" y continuó adelante con esta gran obra. La prueba es el "Diccionario geográfico popular de Madrid" que ahora publica Ediciones la librería.

Como recordó hoy el propio Sánchez Salas, en 1992 conoció a Cela y tres años más tarde empezó a trabajar para él, en principio en la confección del Diccionario pero también en otros muchos asuntos: "fui su secretario, ayudante, un poco 'hijo', un mucho de 'mano derecha', confidente, amigo e incluso 'enfermero", dijo a Efe Sánchez Salas.

Al morir Cela, en enero de 2002, Sánchez Salas decidió "continuar con la obra inacabada del maestro". Le pidió a Marina Castaño, viuda del escritor, que avalara el proyecto desde la Fundación que lleva el nombre del autor de "Madera de boj", pero no lo consiguió.

Castaño, presidenta de la Fundación, declaró a un periódico que, muerto Cela, no merecía la pena seguir con el diccionario, y desde entonces Gaspar Sánchez cree que la viuda "no ha hecho nada por dar a conocer esta parcela desconocida dentro de la obra del escritor".

Con su prudencia habitual, Cela Conde no quiso pronunciarse sobre el desinterés de la Fundación Camilo José Cela, con sede en Iria Flavia, por este proyecto ni sobre la marcha general de la misma, pero sí dijo con claridad que el Diccionario geográfico popular "tendría que contar con apoyos institucionales", especialmente de Universidades.

Cela Conde ha creado en Palma de Mallorca la "Fundación Charo y Camilo" (en homenaje a sus padres) y, cuando comience su andadura, sí respaldará la realización de nuevos volúmenes del Diccionario Geográfico. De momento, Sánchez Salas tiene ya en marcha el de Andalucía.

Ana Mendoza

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