Si te defiendes del cuco, él tiene más huevos

    • El ave parasitaria pone más huevos en el mismo nido para confundir.
    • Las víctimas cometen más errores y distinguen peor su propia puesta.
Comparativa de puestas originales y huevos parásitos
Comparativa de puestas originales y huevos parásitos
Claire N. Spottiswoode1,2

Cuando uno pasea por el campo, la naturaleza suele presentar un falso aspecto apacible. Tras esta aparente tranquilidad se ocultan guerras evolutivas que llevan miles de años en marcha y en las que cada contrincante va mejorando progresivamente sus armas. Una de estas batallas sordas tiene lugar entre huéspedes y parásitos, y en el caso de las aves el más conocido y persistente parásito es el cuco. Este pájaro se dedica a poner sus huevos en nidos ajenos y esperar a que otros alimenten y cuiden a su prole. Pero las víctimas también aprenden a defenderse y algunas han desarrollado un sistema de percepción que les permite distinguir patrones en sus propios huevos y encontrar al huevo impostor.

Un grupo de investigadores acaba de descubrir que una variedad de cuco, el tejedor parásito (Anomalospiza imberbis), ha desarrollado una estrategia para burlar estas contramedidas. Se dedica a poner más huevos en el mismo nido, de forma que el pobre pájaro al que parasita, la prinia amarillenta (Prinia subflava) empieza a cometer errores a la hora de tirar del nido al huevo extraño.

El equipo de Martin Stevens y Claire Spottiswoode ha estudiado la relación de estas dos especies en el África subsahariana y han comprobado que aumentar el número de huevos en el nido ajeno le procura al cuco un mayor éxito y que las aves parasitadas necesitan mayores diferencias para distinguir sus huevos de los otros. En estado normal, la prinia expulsa fuera de su nido aquellos huevos cuyo aspecto no se corresponde con la "plantilla" de los de su especie y aquellos en los que encuentra una discordancia de color. Pero si al llegar al nido hay tres huevos nuevos, por ejemplo, necesita mayores diferencias para saber cuáles son los de su propia puesta.

Ésta es la estrategia del cuco en este caso, repetir puestas en el mismo nido hasta anular las defensas de su huésped. La ventaja es tal, dicen los investigadores, que en la mayoría de los nidos parasitados el número de huevos del cuco es igual o superior al de la víctima. Esto llama la atención si lo comparamos con el comportamiento del cuco común (Cuculus canorus) puesto que sus crías suelen echar del nido a los otros ocupantes en cuanto tienen ocasión. En el caso del tejedor parásito, sus crías no matan a sus compañeros y es frecuente ver a dos crías de cuco viviendo a expensas de los pobres y esforzados padres.

Referencia: Repeated targeting of the same hosts by a brood parasite compromises host egg rejection (Nature Communications)

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