Tecnología para seguir la vida de los murciélagos en su refugio en Moncayo

  • Acercarse a la vida de los murciélagos en su hábitat natural es posible en la localidad soriana de Cueva de Ágreda, situada en las faldas del Moncayo, gracias a la instalación de tres cámaras infrarrojos y su monotorización en un Centro de Recepción de Visitantes.

Juan Carlos Hervás

Cueva de Ágreda (Soria), 31 ago.- Acercarse a la vida de los murciélagos en su hábitat natural es posible en la localidad soriana de Cueva de Ágreda, situada en las faldas del Moncayo, gracias a la instalación de tres cámaras infrarrojos y su monotorización en un Centro de Recepción de Visitantes.

Más de ochocientas personas han conocido ya en las últimas cinco semanas, desde que lleva abierto el centro, qué hacen estos quirópteros -los únicos mamíferos que han adaptado su anatomía para volar- en el interior de la cueva que da nombre al pueblo, gracias a la tecnología instalada que ha permitido a su vez proteger a sus moradores.

"Salen convencidos de que es interesante lo que hay en el Moncayo", ha resumido a EFE el alcalde de Cueva de Ágreda, Antonio José Escribano, cuya corporación ha asumido la gestión del centro, que reducirá su horario de visitas con la llegada del otoño pero mantendrá la entrada gratuita.

El proyecto ha sido posible gracias a una inversión de 478.841 euros aportados por la Diputación soriana a través de los fondos FEDER y el Plan de Convergencia, que ha permitido construir un Centro de Recepción de Visitantes del Moncayo con un espacio especialmente dedicado a seguir las evoluciones de los murciélagos en su refugio natural.

La acumulación de guano en el suelo y las manchas de orina en paredes y techo evidencian la presencia inmemorial del murciélago en su interior, actualmente especialmente significativa en primavera y otoño, aunque algunos ejemplares utilizan también la cueva como lugar de hibernación.

A principios del presente siglo se produjo una importante reducción de la colonia de murciélagos en Cueva de Ágreda, originada posiblemente por la verja que protegía el acceso indiscriminado al interior de la gruta y la elevada mortandad de murciélagos de cueva que se registró en la Península Ibérica en el año 2002, debido a un virus muy contagioso, tipo herpes.

"La cueva tenía el problema que entraba cualquier persona libremente, por lo que se colocó una reja", ha señalado un técnico del servicio de Medio Ambiente de la Junta en Soria, Rafael Pérez.

En el proyecto realizado en 2009 para poner en valor las poblaciones de murciélagos, el técnico comprobó que los murciélagos alcanzaban los 70 kilómetros/hora de velocidad cuando salían de la cueva, por lo que propuso cambiar la protección, lo que ha servido para aumentar la colonia, actualmente cifrada en torno a 120 ejemplares.

En 2010 se llevó a cabo un nuevo estudio utilizándose técnicas fotográficas con luz infrarroja y sistema de conteo tradicionales, que puso de manifiesto un aumento de la colonia de murciélagos, incentivada por el cambio de la verja de la gruta por un vallado perimetral que ha mejorado de forma sensible el acceso de los murciélagos.

Tres cámaras de infarrojos en distintos puntos de la cueva, de 200 metros de desarrollo horizontal, una temperatura media de 11,2 grados y una humedad relativa de 77 al 95 por ciento, permiten el seguimiento de los murciélagos en su hábitat y les preservan de visitantes inesperados.

En la tercera planta hay además una terraza desde la que se contempla, enfrente, la cueva.

El responsable del estudio de la colonia de murciélagos en Cueva de Ágreda, Álvaro Meijide, ha subrayado que la principal amenaza que se cierne sobre estos quirópteros en España es la pérdida de sus refugios naturales.

En la Península Ibérica hay una treintena de especies de murciélagos, de los que los más numerosos en la cavidad de Cueva de Ágreda son los grandes y pequeños de herradura, los de cueva y los ratoneros grandes. EFE

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