Un tratamiento con hongos transforma el desecho de la obtención de aceite en abono

  • Granada.- El desecho generado en las almazaras durante la fabricación de aceite, conocido como alpeorujo, y con propiedades tóxicas para las plantas, puede llegar a convertirse en abono mediante un tratamiento con hongos, según ha revelado una investigación realizada en Granada.

Un tratamiento con hongos transforma el desecho de la obtención de aceite en abono
Un tratamiento con hongos transforma el desecho de la obtención de aceite en abono

Granada.- El desecho generado en las almazaras durante la fabricación de aceite, conocido como alpeorujo, y con propiedades tóxicas para las plantas, puede llegar a convertirse en abono mediante un tratamiento con hongos, según ha revelado una investigación realizada en Granada.

El estudio se ha llevado a cabo en la Estación Experimental del Zaidín, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y está firmado por las investigadoras Inmaculada García e Inmaculada Sanpedro.

García ha explicado a Efe que el alpeorujo posee una alta capacidad nutricional, pero a su vez está compuesto por diversos fenoles (alcoholes aromáticos) que producen efectos nocivos sobre el suelo y los cultivos vegetales.

Este tratamiento con hongos permite degradar los fenoles tóxicos de forma que se obtiene una sustancia compuesta por los elementos nutricionales, que acelera el crecimiento de las plantas, como ya demuestran los primeros resultados.

Esta investigación comenzó hace más de ocho años con el objetivo de encontrar un nuevo fertilizante, pero también para solucionar el problema del almacenaje de este desecho en los países del Mediterráneo.

Este nuevo tratamiento consiste en la utilización de hongos como los que se encuentran en los troncos de los árboles y que causan la podredumbre blanca de la madera.

García ha señalado que los hongos se sirven en su proceso de crecimiento de diversos fenoles, como los que posee el alpeorujo, "en vez de una fuente de carbono normal", de forma que incorporan estos componentes tóxicos para las plantas en su ruta metabólica y lo degradan.

Esta nueva forma de tratar el alpeorujo, compuesto por los residuos de producción del aceite alpechín y orujo, supone un ahorro de tiempo de más del 80 por ciento con respecto a lo que sería el compostaje del producto, que consiste en la biodegradación realizada por los organismos naturales.

El compostaje ofrece los primeros resultados entre seis meses y un año, mientras que el tratamiento con hongos consigue degradar la fitotoxicidad del alpeorujo en un mes, con lo que se reduciría además el volumen de almacenamiento de este deshecho.

La investigación ha entrado ahora en una nueva fase en la que se está estudiando el efecto que produciría el alpeorujo tratado con hongos en la población de microorganismos existente en el suelo.

Las investigadoras han sido galardonadas recientemente por esta investigación con el premio Medio Ambiente de la Fundación Caja Rural, dotado con 3.000 euros.

Además de su utilización como fertilizante, el alpeorujo se usa también en la producción de energía, la elaboración de productos de alto valor añadido, como los cosméticos, y como pienso para rumiantes.

Mostrar comentarios