Volver a empezar. Primeras impresiones con el iPhone 6S

Apple ha lanzado hoy los iPhone 6S y 6S Plus en España y, con ellos, ha puesto sobre el tapete una función que ha pasado relativamente de tapadillo y que se podría considerar el gran argumento de venta de los nuevos teléfonos de la compañía afincada en Cupertino. El llamado 3D Touch, una funcionalidad que ya se puede utilizar tanto en los Apple Watch como en los trackpad de los últimos modelos de MacBook y MacBook Pro, traslada de una manera sui generis el concepto del botón derecho del ratón a la pantalla del teléfono.

Esta función funciona según la presión que se ejerce sobre el teléfono. Al principio es habitual pensar que basta con mantener apretado un icono. No. De esa manera lo único que se hace es habilitar el menú que permite borrar o reorganizar iconos en la pantalla de inicio. El 3D Touch está organizado a través de la presión que se ejerce sobre la pantalla y el iPhone 6S reconoce hasta dos presiones diferentes. En un primer momento, la sensación es la de volver a empezar de cero, toca cambiar el chip y pensar en el teléfono de una manera diferente que elimina, de buenas a primeras, multitud de pasos intermedios. Gracias al 3D Touch se puede acceder a la cámara frontal con una pulsación, añadir un contacto o crear una alarma. Apple no ha descubierto la rueda, pero por el camino ha hecho más cómoda la experiencia de uso y ha introducido la mayor revolución en su interfaz desde la creación de iOS. Menos siempre es más.

Por fuera, el iPhone 6S parece igual que su antecesor, a no ser que nos hagamos con un modelo rosa. Apple ha mejorado las características técnicas pero como le gusta hacer hincapié a la compañía, no quieren vender números sino experiencia de uso. Esa experiencia parece centrarse alrededor del citado 3D Touch y de una mejora en la cámara que, a buen seguro, va a volver a colocarla en la lista de las mejores del mercado. Aún es pronto para sacar conclusiones pero la trasera, la gran beneficada de los modelos S, ofrece unos primeros resultados más que satisfactorios, tanto en nitidez de imagen como en contraste de colores.

Con un iPhone 6S entre manos, todo lo que me apetece hacer ahora mismo es gastar lo que me queda de batería tocando y probando todas las funcionalidades asociadas al 3D Touch. Una sensación que no tenía desde que la primera vez que tuve un iPhone en mis manos, en 2009.