La viuda de Robin Williams rompe el silencio, no solo la depresión provocó su suicidio

    • El actor ganador de un Óscar por su papel en 'El indomable Will Hunting' se suicidó en agosto de 2014.
    • Los trastornos de Williams iban haciendo mella poco, haciendo que perdiese la cabeza y que su vida se fuese acortando.
Robin Williams se suicidó el 11 de agosto de 2014
Robin Williams se suicidó el 11 de agosto de 2014

"La depresión no mató a Robin. La depresión fue uno de los 50 síntomas que padecía", explicó Susan Schneider, la viuda del actor, a la revista People. Días después de la trágica muerte del intérprete, que se suicidó el 11 de agosto de 2014 a los 63 años, su esposa reveló que luchaba contra el mal de Parkinson, la depresión y la ansiedad.

"Aparecían como una máquina de pinball. No sabías exactamente hacia dónde mirar", explicó su viuda. "Con suerte hubiera vivido tres años más", aseguró Schneider en declaraciones a la cadena ABC.

Las cosas empeoraron los meses previos a su fallecimiento. Williams sufrió ataques de ansiedad que le provocaban rigidez y también calculaba mal las distancias.Los trastornos comenzaron a ser visibles en noviembre de 2013

Schneider lo encontró en una ocasión con los músculos completamente agarrotados y la cabeza ensangrentada porque había chocado contra una puerta.

Los doctores le realizaron cientos de pruebas para determinar su dolencia, pero la respuesta no llegó hasta la autopsia. "Vivíamos una pesadilla", aseguró su viuda, aunque lo define como una persona valiente a la que no culpa por lo que hizo.

Schneider también aseguró que Williams sabía perfectamente que "estaba perdiendo la cabeza". Intentaba sobrellevarlo, pero el último mes todo se desmoronó. "Es como si se hubiese roto la represa", describió.Nadie pudo prever su suicidio

Las autoridades aseguraron que Williams, ganador de un Óscar en 1998 por 'El indomando Will Hunting', falleció por asfixia. Su asistente le encontró con un cinturón alrededor del cuello y cortes en su muñeca izquierda.

La última noche antes del fatídico desenlace, Schneider lo encontró tranquilo. Entró un par de veces en su dormitorio, una de ellas con un iPad en la mano.

"Pensé que era buena señal", reconoció. Luego se desearon buenas noches. Fue la última vez que lo vio con vida.

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