Lo que los protagonistas de 'Cars 2' esconden bajo el capó

  • Hoy aterrizan o, más bien, aparcan en los cines los protagonistas de 'Cars 2', unos vehículos animados que son mucho más que un chasis humanizado. Tras sus parabrisas que parecen ojos y sus rejillas que simulan bocas se esconde un buen puñado de guiños internos entre los animadores de Pixar, curiosidades para todos los públicos y secretos creativos que merecen ser desguazados uno por uno.
Rayo McQueen y Mate dejan Radiador Springs
Rayo McQueen y Mate dejan Radiador Springs
lainformacion.com
M. J. Arias

Pese a ser uno de los productos más infantiles –no tiene porque ser malo– y cuestionados de la factoría Pixar, Cars vuelve a los cines con una segunda aventura carga de mucha más acción, nuevos personajes y una gran dosis de ambición. Cars 2 supone el regreso a la dirección del gurú de la animación John Lasseter, quien tiene en esta producción un interés personal y especial. Lo que no todo el mundo sabe de la gran cabeza pensante de Pixar es que su padre trabajaba en un concesionario y que él mismo se sacó algunos dólares entre tubos de escape y cambios de aceite.

La idea de hacer Cars 2 le vino a Lasseter allá por 2006, cuando se encontraba inmerso en la promoción internacional de la primera entrega. Entre aviones, entrevistas y choques culturales se plateó qué pasaría si Rayo McQueen y Mate, sobre todo el segundo, tuviesen que enfrentarse a toda esa vorágine de nuevas sensaciones y lugares. El resultado ha sido una película más divertida que la primera y con mucha más acción. Cars 2 hace el largo número 12 de Pixar, el tercero en 3D (tras Up y Toy Story 3) y con ella la factoría del flexo celebra su 25 aniversario.

Al tratarse de una historia mucho más ambiciosa, el equipo ha tenido que viajar alrededor del globo en busca de localizaciones y empaparse del mundo de la Fórmula 1 en primera persona. También tuvieron que darle al ratón para crear nuevos personajes. En total, 926. 145 originales y 781 más derivados. Para ello se han tenido en cuenta detalles como las marcas propias de cada país. Nada de ver un coche americano en Japón, por ejemplo. La documentación y la consulta a expertos en la materia han sido básicas. Eso sí, por muchos personajes nuevos que haya, los de siempre están. De hecho, incluso el tercer protagonista principal de la historia, Finn McMissile, no es tan novel como puede parecer en un principio.

Lasseter ha explicado que en realidad este coche había sido diseñado para la primera. La idea era que McQueen y su chica fuesen en su primera cita al cine a ver una de espías protagonizada por Finn. Al final eso se quedó fuera del montaje y recuperaron al personaje para Cars 2. Donde McMissile sí hizo un cameo –por llamarlo de alguna forma– fue en Toy Story 3. Estaba en un póster en la habitación de Andy. El diseño es propio de Pixar, se inspiraron en modelos europeos de los sesenta y, como buen espía, cuenta con todo tipo de gadgets para combatir a los malos.

Otra de los fichajes de Cars 2 es Francesco Bernoulli,rival de McQueen. Sobre su diseño y proceso de creación habló largo y tendido en Madrid el español Juan Carlos Navarro. Después de todo lo conoce al dedillo tras haber sido uno de sus animadores. "Francesco es un Fórmula 1. Esos coches están hechos para ir rápido, no puede estar quieto y tiene una suspensión muy rígida. Luego está la personalidad. Francesco tiene una personalidad volátil, es un competidor. Además, es italiano, así que tiene que gesticular un poco más. Pero la suspensión no es de goma, y las ruedas son muy grandes. Cuando compiten los coches de Fórmula 1 se mueven continuamente para quitarse esta goma que desprenden de los neumáticos. Esto te da un lenguaje. Ese '¡Eh! ¿Qué pasa?' Tienes esos elementos", detalló. Por eso da la impresión de que Francesco no está nunca quieto. Combina el movimiento de un Fórmula 1 con el gesticular de un italiano.

Luego están los clásicos, Rayo McQueen y Mate. Ellos tienen su propia historia y sus guiños. Por ejemplo, ¿por qué McQueen corre con el número 95? Pues porque fue el año en el que se estrenó Toy Story, que supuso el debut de Pixar en las salas. Otra curiosidad, el nombre se lo debe a Glenn McQueen, un animador que trabajó en la primera y al que homenajearon tomando su apellido para el protagonista. Otro guiño a Toy Story: la marca de neumáticos que usa McQueen se llama Lightyear por Buzz Lightyear. ¿Y lo de Rayo? Es capaz de correr a 322 kilómetros por hora y alcanza los 96 Km/h en 4,5 segundos. No está mal para un diseño original de Pixar y no de una escudería de primera línea.

Mate también cuenta con una curiosidad numérica en su diseño. La matrícula, A113, es una combinación que aparece en todas las películas de Pixar. Esta se corresponde con la clase en la que estudiaron John Lasseter, Brad Bird, Pete Docter y Andrew Staton cuando eran alumnos de la escuela de animación CalArts.

Cómo se humaniza un personaje de cuatro ruedas

Hacer que un coche se comporte como un ser humano sin que pierda su esencia y que resulte creíble no es nada fácil. Una de las primeras cosas que hizo el equipo para saber a qué atenerse fue tomar clases de pilotaje. Según Navarro, toda la preparación previa (las clases de conducción, la visita al circuito, el ver cómo trabaja un piloto de carreras) fue básica para "comprender la realidad de un coche. Para que cuando lo animas entiendas que no es de goma, que pesa de 3000 al 5000 kilos. Es muy importante toda la investigación que se hace".

Toda una preparación enfocada a que los personajes fuesen creíbles. "Lo básico es que se tiene que mover como un coche", resume Navarro. "Debes encontrar la manera de hacer el movimiento que tienes que hacer con la cámara con la que cuentas y de la manera que lo haría el coche. Es una limitación, pero es una limitación real. Eso aumenta la veracidad de lo que pones en la pantalla. Es un reto, pero acabas poniendo algo mucho mejor en pantalla".

Localizaciones tuneadas para el rodaje

En su visita a Madrid para promocionar Cars 2 el iluminador español Eduardo Martín explicó que se estudiaron un montón de localizaciones para esta película y que cuando él entró en el proyecto el director ya había seleccionado las elegidas. "Cuando salga el libro de arte veréis que se exploraron muchas ciudades, hay conceptos para hacer carreras en España y también en Alemania", avanzó.

Al final por unas razones y otras se quedaron con Tokio, Londres, París y Porto Corsa, un pueblo ficticio de la Riviera italiana. Todas ellas fueron tuneadas con motivos automovilísticos para acercarlas al mundo de Cars. Así, por ejemplo, la cúpula de la Catedral de St. Paul en Londres es una caja de cambios. Pequeños detalles para los ojos más atentos. Los mismos que se darán cuenta también de que el Big Ben pasa a ser el Big Bentley, caracterizado para la ocasión con las rejillas y los adornos del capó típicos del modelo al que hace referencia.

Algunos de los cambios más evidentes se aprecian en las escenas que transcurren en París. El mítico Arco del Triunfo de la ciudad del amor sustituye su bloque superior por uno de motor y con dos faros en la parte delantera; mientras que la Torre Eiffel aparece coronada poro una bujía de 1937. El equipo de Cars 2 no dejó escapar ni un solo detalle. El romántico Pont des Arts acoge a una pareja de coches besándose. Ella luce un color lavanda impecable. Resulta que es el tono favorito de la esposa de Lassseter, el director. Ni siquiera la emblemática Notre Dame se salvó de ser tuneada. Sus míticas gárgolas fueron sustituidas por 'cárgolas' y los arbotantes, por tubos de escape.

En las escenas que transcurren en Japón puede verse como la nieve del Monte Fuji tiene huellas de neumáticos y el Rainbow Bridge ha sido construido con partes de automóviles como válvulas y muelles. Para la carrera callejera de Tokio, el equipo se basó en el circuito real de Singapur, en el que se corre de noche.

Descubrir los guiños automovilísticos de Porto Corsa, el pueblo ficticio de la Rivera italiana en el que tiene lugar la segunda carrera es para nota. Su idílica apariencia es una mezcla entre Portofino y Montecarlo. Con esta inspiración creativa no podía faltar el casino, construido sobre un monte con la forma de un Fiat 500 Topolino de 1948. Y ya dentro de la casa de juego, los más avispados se darán cuenta de que los dados con los que se reta a la suerte son de peluche, como los que cuelgan del espejo retrovisor de algunos coches.

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