Historiadores acusan al Gobierno de negligencia con el diccionario Biográfico

  • Ana Mendoza.

Ana Mendoza.

El Escorial (Madrid), 20 jul.- Varios historiadores han observado "errores de bulto" en algunas biografías del Diccionario biográfico español, y creen que ha habido "una negligencia política muy clara" por parte del Gobierno al no haber controlado en qué se empleaba la subvención otorgada la Real Academia de la Historia.

"Con este diccionario nos han dejado a los historiadores españoles a la altura del betún", le decía hoy a Efe Ángel Viñas, que dirige en El Escorial un curso sobre el 75 aniversario del comienzo de la Guerra Civil, y participa esta tarde en una mesa redonda sobre el Diccionario biográfico, que tanta polémica ha suscitado en las últimas semanas.

También intervendrán otros siete profesores universitarios especializados en Historia contemporánea española (Fernando Puell, Julio Aróstegui; José Luis Ledesma; Fernando Hernández Sánchez; Hilari Raguer; Xosé Manoel Núñez Seixas, y Eduardo González Calleja) y se centrarán solo en algunas de las biografías relacionadas con la II República y la Guerra Civil española.

En declaraciones a EFE, varios de esos expertos, todos ellos profesores de universidades madrileñas, exponen sus críticas al Diccionario, subvencionado con 5,8 millones de euros, y piden que "se destruya" la edición en papel de esta obra de 50 volúmenes que ofrece la biografía de los 40.000 personajes más relevantes de la Historia de España.

Creen además que se deben hacer las correcciones pertinentes en la edición digital.

"Estamos indignados como historiadores porque han rebajado nuestra categoría profesional de una manera increíble y han encargado biografías a personas que no están acreditadas para ello y que han cometido errores de bulto que nadie ha corregido", aseguró Francisco Sánchez Pérez, que también ha participado en el curso sobre la guerra.

Algunas biografías demuestran la "ignorancia supina" que tienen sus autores, aseguró Ángel Viñas, catedrático emérito de la Complutense de Madrid.

Cree Viñas que, con este diccionario de la Real Academia de la Historia -hace hincapié en lo de "real"-, "se le ha hecho un flaco servicio a la Corona española", y más cuando los Reyes presidieron su presentación hace unas semanas.

Este grupo de historiadores critican la selección de los biografiados, entre los que "hay una preponderancia de personajes pertenecientes a los vencedores de la guerra, frente a una escasa representación de los vencidos", comentó Hernández Sánchez.

"En algunas entradas hay omisiones muy significativas, en un intento de blanquear a ciertos personajes", subrayó Viñas, antes de citar el ejemplo de José Calvo Sotelo, "conspirador contra la República desde el primer momento, en concomitancia con la Italia fascista, y ese aspecto no se menciona en su biografía".

Según Sánchez Pérez, la extensión que se da a cada biografía "es totalmente desproporcionada en algunos casos. Hay personajes muy poco relevantes que tienen mucho espacio, y otros, como Azaña, que tiene tres páginas".

La de Calvo Sotelo, sin embargo, tiene nueve. La firma José Rodríguez Labandeira y "tiene más páginas que Azaña, Gil Robles y que Franco", añadió Sánchez Pérez.

Estos historiadores no quieren centrar sus críticas en la biografía de Franco, firmada por el académico Luis Suárez, porque es la más conocida y "la puede consultar en internet cualquier hijo de vecino".

"Suarez será un eminente medievalista, pero como biógrafo de Franco es un desastre, porque -asegura Viñas- miente, tergiversa, oculta y manipula. Y es además hiperfranquista".

Los historiadores consultados hoy por Efe observan que, en los personajes de izquierda, "el biógrafo suele ser crítico, como en el caso de Santiago Carrillo, pero, "en señalados dirigentes de la derecha conservadora han tenido un trato de guante blanco".

Son muchos los "errores de bulto" que estos expertos han detectado, entre ellos el que en la biografía de Santiago Casares Quiroga, firmada por Ángeles Hijano Pérez, se diga que "fue presidente del último gobierno de la II República", cuando eso "no es cierto" porque "era presidente cuando se sublevaron los militares, pero la República siguió existiendo", indica Aróstegui.

En la entrada de Juan Antonio Ansaldo, "el piloto monárquico que llevó al general Sanjurjo y se estrelló con él en julio del 36", no se alude al libro de memorias que publicó en Buenos Aires en los 50, y también se omite que "fue jefe de los pistoleros falangistas que sembraron el terror en la primavera del 36",comentó Viñas.

En el diccionario "hay ausencias de los dos bandos. Y por no estar, no está la biografía de Nicolás Franco Bahamonde", hermano del dictador, asegura Puell. EFE.

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