Saramago, un escritor comprometido

  • Su discurso estuvo repleto de críticas a las dictaduras, tanto políticas como económicas, y se mostró siempre a favor de las causas socialistas. "Vivimos en una situación que se podría llamar capitalismo autoritario", manifestó.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago junto a su mujer Pilar del Río - Foto: EFE
El Premio Nobel de Literatura José Saramago junto a su mujer Pilar del Río - Foto: EFE
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Antes de dedicarse a la literatura, Saramago trabajó como cerrajero, mecánico o periodista. Quizá este vínculo con oficios obreros desde una edad muy temprana prendió en él una conciencia política que le llevó a afiliarse en 1969 al Partido Comunista Portugués y le acompañó hasta sus últimos días en su verdadero trabajo, el de escritor. Según contó en la presentación de su último libro, 'Caín', preparaba una novela sobre la industria del armamento y la ausencia de huelgas en este sector.

Saramago sufrió la censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar, y uno de los momentos más importantes en su vida fue su participación en la Revolución de los Claveles que puso fin a este régimen en 1974. "No se discute la democracia (...). La democracia en la que vivimos es una democracia secuestrada, condicionada, amputada porque el poder de los ciudadanos está limitado en la política a pasar de elegir a un gobierno que no te gusta por otro que tal vez te pueda gustar. Nada más", fue uno de sus mensajes más repetidos.

España también fue una tema muy recurrido en su trayectoria. "Aunque yo no puedo votar evidentemente", dijo, Saramago mostró su apoyo a José Luis Rodríguez Zapatero durante la campaña de su reelección en 2008. "Sólo en un país como este (España) con tendencia derechista (...) podría haber permitido hacer salir a Franco bajo palio. (...) El pasado siempre está presente en lo que somos", manifestó para hacer campaña política contra el Partido Popular.

La crisis económica también encendió los ánimos del escritor, que desde 1993 trasladó su residencia a la isla canaria de Lanzarote. En una entrevista concedida para el documental 'Lanzarote, la isla estrellada', el escritor señaló que "quien manda en el mundo es el poder económico. El poder político es una especie de capa superficial que en el fondo está ahí para cumplir lo que le interesa al FMI y al Banco Mundial. Y es que no tenemos fuerza".

En otro momento, Saramago advirtió que "no percibimos que la dictadura cambió y que ya no precisa de militares malnacidos, ya no precisa de políticos corruptos, ya no precisa de grandes batallones de la muerte, ya no precisa de eso. La dictadura de hoy es económica. Vivimos en una situación que se podría llamar también capitalismo autoritario".

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