Rykiel nació el 25 de mayo de 1930. Tuvo dos hijos con su ex marido, Sam Rykiel, y a pesar de su enfermedad, siguió involucrada con su marca, ejerciendo en el último año como presidenta honoraria. Entre sus primeros clientes se incluyen Brigitte Bardot y Audrey Hepburn, y sus piezas regularmente aparecían en las portadas de 'Elle' y 'Vogue', según recogen diversos medios internacionales.
En 2009, fue galardonada con la Orden de la Legión de Honor en reconocimiento a sus 40 años de servicio a la industria de la moda francesa. El presidente francés, Francois Hollande, la ha alabado como "pionera" y ha recordado que los diseños de Rykiel ofrecieron "libertad de movimiento" a la mujer.
Rykiel abrió su primera tienda en París en 1968. A pesar de convertirse en sinónimo de géneros de punto o 'casual-chic', su legado también es el de ser pionera en un tipo de ropa para mujer cuando se esperaba que usaran tonos sombríos y faldas.
Comparada habitualmente con Coco Chanel, animó a las mujeres a llevar pantalones e hizo de la raya una firma de su marca y situó de nuevo a París como jugador importante en el mapa de la moda moderna. Su manifiesto instó a las mujeres a ser "excéntrica, seductora, misteriosa y con su propio estilo".
A pesar de ser una de las diseñadoras más famosos de la historia de Francia, su transición a la moda fue casi accidental: fue sólo después de su participación en la boutique de prêt-à-porter de su marido cuando se inspiró para empezar a diseñar
Rykiel también escribió un libro llamado 'N'oubliez Pas Que Je Joue' ('No se olvide de que estoy actuando') en que abordaba su enfermedad con humor. "No se lo dije a nadie, ni siquiera a mi hija, y lo hice porque así me lo recomendó mi médico: era una forma leve de la enfermedad, aunque estaba asustada", aseguraba.
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