Nacho Vegas: "Es más importante compartir lo que haces que hacer negocio"

Los diez años de carrera en solitario, de aprendizaje, composición, colaboración y vida nos han traído un Nacho Vegas con los ojos más abiertos que antes. Él dice que más curtido y menos inocente, pero definitivamente no más arrogante.

Se ha separado amistosamente del sello Limbo Starr que apadrinó su trabajo para formar una cooperativa discográfica con otros dos músicos: Raül Fernandez (Refree) y Fernando Alfaro. Ahora él se paga el estudio, él toma las decisiones sobre su disco y él es el dueño del máster. Este nuevo sello se llama Marxophone, algo así como un Parlophone marxista; siendo Parlophone una mítica casa de discos británica, y "marxista", no sabemos si una referencia a Karl o a Groucho.

El primer disco de su nueva condiciones se titula La zona sucia, convirtiendo el lenguaje deportivo en metáfora lírica, que es algo muy de Nacho Vegas, y también muy asturiano.Aunque el cantautor tiene un proyecto paralelo llamado Lucas 15 en el que actualiza, junto a Xel Pereda, la tradición musical de su tierra, esta se cuela por las rendijas de sus canciones, sus discos, sus labios y forma parte de quién es Nacho Vegas.

En esta entrevista definimos el folclore astur y qué reconoce de esta línea ancestral en sus canciones. El folk, como parte de la cultura popular, se da de patadas con la propiedad intelectual, por lo que es un "crimen" intentar registrarlo o apropiarlo en una sociedad de gestión de derechos de autor. Es necesario saber reconocer que la tradición musical forma parte de un procomún del que autores como Nacho Vegas beben.En su último disco la canción Taberneros es un buen ejemplo de recogida y modificación de esa tradición que pasa de generación en generación; basada parcialmente en un cantar de Llanes, la letra y la música se injerta con nuevas aportaciones.

La licencia Creative Commons Compartir Igual Uso No Comercial con la que ha sido publicado La zona sucia permite entender esta herencia musical como una donación a ese procomún, reconociendo el deseo del autor para que otras obras puedan crearse a raíz de la modificación de la suya.