Día de la Madre 2015: 'Tener seis niños en casa es como vivir un cumpleaños eterno'

    • Este Día de la Madre nos preguntamos cómo es vivir con sólo ellas y sólo ellos en casa.
    • Hablamos con María Jesús, madre de seis niños, y Arantxa, madre de cuatro niñas.

Como un cumpleaños eterno. Pero con muchos niños, piñatas, gusanitos y un montón de medianoches. Un cumpleaños de esos con tartas de chocolate y velas en los que mamá está deseando que vengan ya los padres 'a llevarse a todos los críos que no son tus hijos'. Sin embargo, todo se torna aún más divertido cuando esa posibilidad resulta ser una completa utopía. Así es el día a día en casa de María Jesús, 'supermami' de 41 años, que tiene a nada menos que seis -siete con su marido- hombres en casa. Este Día de la Madre 2015, María Jesús, recibirá seis felicitaciones -'y sus regalos' añade- de sus seis hijos.

Ignacio, de 13 años, es 'el rey de la casa, con permiso de papá', le siguen Guillermo, con 11, Álvaro, de 10, los mellizos -'curiosamente los que menos se parecen entre ellos'- Tomás y Javier, de ocho años, y Gonzalo, el pequeño, de sólo cinco años. 'Todos son muy de mamá', dice María Jesús con voz orgullosa; 'llaman a mamá antes que a su padre aunque yo esté en la otra punta de la casa y él a su lado'. ¿Mucho complejo de Edipo?, pregunta este periodista; 'no, que mi marido no entra al trapo de sus locuras', dice mamá entre risas. Ese cumpleaños eterno en en casa donde 'siempre se escucha el ruido de la pelota rodando'. ¿Muchas peleas? Sí, contesta María Jesús, pero seguidas de muchos perdones. 'Se olvidan a los diez minutos de sus broncas', asegura.

Con tanto 'macho' en casa, esta mamá reconoce que el orden puede resultar un problema, 'menos mal -asegura- que papá me echa no una, sino dos manos en casa', relata a Lainformacion.com. 'Mi marido se ocupa de la cocina y de las fiambreras que llevan los niños al cole, yo estoy más pendiente de la ropa, pero cada uno de mis hijos tiene asignados sus propios encargos, desde poner la mesa o el lavaplatos, fregar sus propios tupper o apagar las luces', relata. 'Son ellos quienes van con su padre a hacer la compra al supermercado', añade. Ya no es sólo 'supermami' sino un superequipo al servicio de la familia, en el que también hay que contar con 'superpapi'.'Sin él no hubiera sido capaz', asegura. Baste como prueba que su marido se quedaba sólo en casa este fin de semana. Y no de Rodríguez precisamente. Este domingo celebrarán todos juntos el Día de la Madre.

Con la ayuda de una chica que trabaja en casa desde las ocho hasta las once de la mañana, la familia funciona como un reloj para llevar a los niños al cole y recogerlos. Si es necesario, Ignacio, que a veces 'hace de canguro de sus primitos para sacarse unos dineros para sus cosas' también ejerce de 'niñero' (pero sin un euro) en su propia casa. 'Cuando mi marido y yo nos vamos al cine, algo que intentamos hacer al menos una vez cada dos meses, se quedan solos en casa. Ya son edades muy cómodas, ya ha pasado lo peor', afirma.Ella es la futbolera

En un ambiente tan varonil y rodeada de tanta testosterona, María Jesús ha tenido que hacer un curso acelerado de superhéroes. Sin embargo, en casa, además de sus seis hijos madridistas la futbolera es ella y no papá. 'A él le gusta el rugby', aclara. Pero no sólo eso. Salvo Gonzalo, todos juegan al fútbol los fines de semana. Cada uno con su equipo y cada uno es un campo distinto. 'Tenemos que hacernos un mapa mental para organizarnos y dar la paliza a otros padres, muy majos, para que los lleven o nos los traigan' dice entre risas.

Cuando sus Majestades los Reyes Magos se aproximan a su casa, María Jesús reconoce que 'para niñas hay cosas preciosas y veo esos monstruos que les gustan y me niego a meter cosas raras en casa', dice con sornas. 'Los disfraces, los coches, los LEGO, los Playmobil y los balones siempre funcionan', da como receta. 'Ya me he acostumbrado a la falta de muñecas', suspira.

En este sentido, se declara 'hasta el moño-moño' de que vecinos y viandantes le hagan la pregunta del millón: '¿Para cuándo la niña?'. 'Siempre respondo que yo estoy especializada en lo mío. Con lo bruta y directa que soy creo que soy idonea para educar a los niños, creo que no son tan sensibles como las niñas', se ríe. Además 'aunque tuviera 20 hijos todos serían chicos' argumenta en base a razones espirituales.

'Hay que disfrutar con lo que te ha tocado' sentencia. Este domingo tendra muchos besos y muchos regalos como los carteles con leyendas 'Eres la mejor mamá del mundo' que adornan la casa. A lo mejor cae algún trapito. 'Son mis estilistas, me dicen qué me queda bien y qué no', bromea.Las niñas son más tranquilas... o no

En el otro extremo, encontramos a la valenciana Arantxa, madre de cuatro niñas, que asegura a Lainformacion.com que'es mejor tener a todos los hijos del mismo sexo'. La razón, explica con humor, es eminentemente prática, 'cuando tienes dos iguales no tienes ningún lío de ropas, colores y habitaciones' explica. La mamá de Pachi, de 21 años, Ana, de 19, Leles, de 13 y Maricarmen de 10 -al contrario que María Jesús, asegura que en su casa 'no hay demasiado follón', en este sentido 'el tener a las niñas en dos tacadas ayuda'. 'Las mayores ayudan mucho en casa', afirma.

Así, Arantxa sale al paso de las teorías 'de las malas lenguas' que insisten en que las niñas son mucho más tranquilas que los niños. 'Yo tengo una terremoto, una 'chicote, una empática y una tranquila. Si te sale movida, te sale movida. Y te lo dice su madre que tiene cuarenta puntos en la cabeza de pedradas de cuando era pequeña; si te sale 'brutota' te sale 'brutota', influye mucho más la educación que el sexo', subraya.

'La feminidad es una cosa y el carácter, otra, si tu dejas a una niña libertad para explorar, incluso para jugar a la guerra, harán las cosas con la misma pillería y mala uva que un niño', explica. Más allá de las barbies -'que no entran en mi casa por filosofía- Arantxa plantea por qué se han de regalar 'Nenucos' por sistema a las niñas. 'Lo que más tenemos en casa son Nerds, unas diez pistolas de dardos de gomaespuma con las que hacemos batallas en casa', pone como ejemplo. 'Cuando yo era pequeña jugaba en la calle con canicas, combas, peonzas... y piedras, tienes que dejar que las niñas también se caigan al suelo, no me gusta nada eso de 'que no salga la niña no vaya a ser que se rompa'. Tienen que romperse', asegura.

Su marido, Guillermo, militar, tampoco es lo que se dice, según su esposa, ningún 'rey de la casa'. 'Aquí curramos todos', dice entre risas. 'Además él está muy acostumbrado a vivir en un ambiente femenino puesto que se crió con su madre, hermanas y tías.

Si María Jesús estaba hasta el moño de que le preguntaran por una posible hija, Arantxa está 'hasta las na-ri-ces de la preguntita de rigor'. También hay otra cuestión recurrente que la enerva: '¿Qué pasa que en casa no teneis televisión?'.

En este sentido, Arantxa nos regala una anécdota deliciosa: 'Cuando estaba embarazada de la tercera, fuimos mi marido, Anita y yo al ginecólogo, y nos dijo 'felicidades es una niña'. En ese momento, Anita se echó a llorar, se acercó al mostrador del doctor y le tiro de la bata para decirle: '¿No nos lo podeis cambiar?'. Sin embargo, ahí no acaban las ganas de Ana -entonces con cinco años- por tener un hermanito, 'cada vez que veía a un niño en un carrito por la calle iba preguntando a madres y padres por un truque con alguna de sus hermanas', rememora.

Este Día de la Madre, la familia saldrá a comer fuera, 'seguramente al Wok', algo que sólo hacen en los cumpleaños y en el Día del Padre. 'En el desayuno me darán los regalos', dice esta madre de 43 años. Y cuarenta puntos en la cabeza.

Andrés Torres
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