Lo mío es casi tuyo por un módico precio: la nueva filosofía de la economía

    • Empresas como Blablacar, Social Car, Etece.es y Airbnb son plataformas en las que la gente se pone en contacto para solicitar servicios.
    • El modelo económico colaborativo se fundamenta en el ahorro, la confianza y la garantía del servicio.
Mesa redonda sobre consumo colaborativo
Mesa redonda sobre consumo colaborativo

Quieres irte de vacaciones y no tienes mucho dinero. Tal vez tus amigos no viajen o no conozcas a nadie con quien quedarte, y por si fuera poco no sabes qué hacer con tu mascota. Pero mantén la calma, aún puedes seguir con tus planes. Tienes la opción de viajar en un coche compartido, o quedarte en la casa de un desconocido por unos pocos euros. Puedes incluso pedir a quien tenga tiempo que se quede con tu perro. De esto se trata el consumo colaborativo.

La solidaridad y el aprovechamiento de recursos son parte de este modelo que poco a poco se abre paso frente el consumismo tradicional."Estamos pasando de una economía productiva, en la que el valor estaba en producir cosas (producir-vender), a una economía de eficiencia", explica Albert Cañigueral, de Ouishare, una comunidad internacional que reúne a empresas colaborativas.

"Creemos en esto de conectarse directamente para compartir coches, casa, la ropa de los niños, y ahorrar dinero. Es una manera eficiente y buena para la economía. Buscamos acelerar la transición hacia una economía colaborativa",expresa Cañigueral, quien es conector de Ouishare para España y Latinoamérica.

La economía colaborativa consiste en compartir bienes, y tiene cuatro componentes: el del consumo,la producción y las finanzas colaborativas, así como el conocimiento abierto en general. Las personas forman alianzas para consumir en conjunto, producir en conjunto o pedir préstamos en comunidad.

Ejemplos de negocios que siguen este modelo son Blablacar, una empresa para compartir vehículos cuando vas de viaje; Social Car un sistema de alquiler de autos a particulares; Airbnb una plataforma para el alquiler de viviendas o habitaciones particulaes; y Etece.es, para encontrar personas que realicen tareas por ti, desde cambiar una bombilla hasta cuidar a tu perro.

"Para que este tipo de iniciativas se mantengan a lo largo del tiempo, es necesaria una viabilidad económica", dice Cañigueral. Es por eso que cada sitio recibe una comisión por ser intermediario entre los que buscan y los que ofrecen un producto.

Pongamos un ejemplo: una habitación particular en el centro de Madrid, puede costar 28 euros. A esto habría que sumarle 4 euros de comisión para Airbnb.

En tanto, Ramón Blanco, director de Etece. es, fundamenta el éxito de este modelo en el ahorro, la confianza y la garantía que se le dé a los usuarios. Así lo compartió en una mesa redonda sobre consumo colaborativo, la semana pasada.

Una manera de transmitir la confianza, según los responsables de estos portales, es el hecho de que los clientes pueden dejar sus comentarios sobre el servicio que han recibido y valorar los aspectos negativos y positivos. Los perfiles de estos usuasrios son abiertos y se pueden consultar por la comunidad.

"En el perfil del usuario cuidamos muchos detalles: que esté completo, que la foto sea sin gafas de sol, que haya otras personas que hayan viajado con él y expliquen quién es, si le gusta fumar o si le gusta hablar", dice Vicent Rosso, de Blablacar, quien aseguró que su actividad de promover viajes compartidos ha sido reconocida legalmente.

No pasa lo mismo con el sistema de alojamientos Airbnb. "La economía va bastante más adelantada con respecto a la parte legal, comenta Jeroen Merchiers, responsable en España y Portugal de este portal, quien dijo sobre su modelo de alojamientos que en Nueva York "no es legal, ni ilegal, es un intermedio".

En España, los alojameintos turísticos de particulares, como el caso de Airbnb, quedan vinculados a la normativa de turismo de la comunidades autónomas, a partir de este jueves, que entra en vigor la Ley de Flexibilización y Fomento de Alquiler de Viviendas que modifica la Ley de Arrendamientos Urbanos.

Según Cañiguerales,alrededor de 8 millonesde personas comparten su coche en Europa:"la gente está entendiendo que tenemos de todo, y que existen mecanismos que podemos establecer para que haya una mayor circulación de esos bienes, servicios, conocimientos e incluso dinero".

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