¿Qué tiene la Universidad española para que los estudiantes la abandonen?

  • Alrededor de 130.000 estudiantes dejan cada año sus estudios universitarios, la tasa es del 30 % el doble que la de la UE. El coste es, según informan desde el ministerio de Educación, Cultura y Deporte, de 3.000 millones de euros, precisamente, la misma cantidad que pretenden ahorrar el próximo curso con la subida de tasas universitarias. Pero... ¿por qué abandonan los universitarios la carrera?

Camps, abucheado e insultado
Camps, abucheado e insultado

Minerva y Ana dejaron la carrera de arqueología en primero, Rafa llegó hasta segundo de empresariales pero acabó abandonándola, el caso de Eugenio es más raro, estudió hasta cuarto de Educación Física pero finalmente decidió cerrar cerrar los libros.

Estos jóvenes forman parte de esos 130.000 estudiantes que abandonan cada año sus estudios universitarios y que estos últimos días tantas veces han sido mencionados por el ministro de educación, cultura y deporte Jose Ignacio Wert. "El abandono universitario en España se sitúa en el 30%, el doble de la media europea, que es del 16%", afirmaba la pasada semana. "Si eso es dinero, tiramos 3.000 millones de euros".

Una cantidad que es precisamente la que se pretende ahorrar el próximo año con la subida de tasas universitarias que rondará entre un 15% y el 25%, lo que supondrá un agujero de hasta 550 euros al año para los bolsillos de los estudiantes.

De este modo, previsiblemente, si el abandono de los universitarios no estuviese en las cotas actuales, no hubiese sido necesario subir las tasas o al menos en menor medida. Pero… ¿Por qué abandonan los españoles sus estudios? "Los motivos de los estudiantes de primer año no son necesariamente las mismas que las variables explicativas del abandono universitario de los estudiantes de segundo año en adelante", explica el Director Institut Recerca en Economia Aplicada (IREA), Jordi Suriñach, a lainformacion.com.

"La principal causa creo que es que muchos estudiantes no eligen la carrera correcta, ya sea porque no cubre sus expectativas iniciales, o porque el nivel de dificultad es superior al previsto, o porque no se adaptan a la vida universitaria".

Minerva y Ana, son dos ejemplos de personas desencantadas con la Universidad. Ambas abandonaron sus estudios de arqueología en la Universidad de Barcelona después de hacer primero. "Lo dejé porque aunque me gustaba no estaba bien montado" afirma Minerva. "Era muy lineal, no te dejaba opción a especializarte, además de que las clases estaban masificadas, las prácticas eran horribles, no se podían llamar ni prácticas, así que no estaba motivada y para hacer una carrera mal prefiero no hacerla".

"Había muy la mala planificación", remacha Ana, "los recortes que han hecho han propiciado que las prácticas no se pudieran llevar a cabo por demasiada gente. Además con la subida de tasas era insostenible totalmente a no ser que tengas trabajo que eso hoy en día es una utopía".

De hecho, en el curso académico 2011-2012, las tasas que abonaron los alumnos de las universidades públicas en primera matrícula subieron por término medio un 4,4 por ciento, aunque en Cataluña y Comunidad Valenciana se incrementaron incluso por encima doble del IPC interanual.

Según un estudio titulado"El problema del abandono de los estudios universitarios", realizado por la Universidad de Valencia, las ramas de conocimiento donde se registran mayores índices de deserción son las humanidades, seguidas de las enseñanzas técnicas y ciencias experimentales.

La causa es, según los expertos, que en una gran parte de las carreras del área de humanidades tienen un acceso menos restringido, de modo que ingresan más estudiantes con un historial académico menos favorable que en otras. En lo que se refiere al abandono de titulaciones técnicas y experimentales está asociado más al fracaso académico de los estudiantes cuando inician las enseñanzas.

"De todos modos, a partir de nuestros datos diría que el porcentaje de abandonos es menor en aquellas carreras más vocacionales (como Farmacia, Medicina,…)", explica Suriñach y añade: "Lógicamente, hay una mayor propensión al abandono de aquellos estudiantes que tienen peores notas, los que combinan estudio y trabajo, los que llegan al título en segunda o tercera opción…"

Natalia es un ejemplo de la frustración a la que se enfrentan en ocasiones los estudiantes, empezó la carrera de Biblioteconomía pero es tres años sólo aprobó seis asignaturas. "Es una carrera mal planteada, tienes asignaturas tan dispares como "Documentación de la Unión Europea" y "Organización de Bibliotecas", así que me desanimé por tener tantas asignaturas que no me cuadraban con lo que yo quería hacer", explica.

Después decidió probar suerte con Trabajo Social, sin embargo, aquélla carrera tampoco cumplió sus expectativas. "Pensaba en irme con una ONG en el futuro a algún país a ayudar a quien lo necesita... pero me desencantó el hecho de pensar que siendo trabajador social estás dentro de este terrible sistema socio-económico".

Finalmente, la joven decidió abandonar la carrera y marcharse a Reino Unido a buscar un trabajo y "probablemente a estudiar porque en UK sí se pueden compaginar ambas cosas".

El caso de Natalia ilustra los estudios que afirman que los estudiantes que abandonan ya proceden de otras titulaciones y que son personas que no tienen muy claro qué disciplina elegir para su formación.

"Además de esta razón, también es cierto que muchos estudiantes que acceden a la universidad son mayores de 25 años y, en muchas ocasiones, el grado de adaptación tanto del estudiante más mayor a las exigencias y necesidades de aprendizaje, como de la propia institución a diferentes perfiles de estudiantes (como por ejemplo los más mayores) no es el óptimo. De ahí que se desencadene un alto índice de abandonos", explican desde la Fundación Conocimiento y Desarrollo.

La situación de crisis actual, así como las expectativas laborales también influyen a nuestros universitarios a la hora de dejar los estudios. "Yo empecé trabajo social", afirma María José, "pero este curso, viendo el panorama que se presenta a los Servicios Sociales he decidido no perder el tiempo".

Uge, un valenciano de 26 años, decidió abandonar hace dos su carrera de Educación Física (INEF), cuando estaba ya en cuarto, para prepararse las oposiciones a Policía. "Al principio me gustaba la carrera pero luego fui viendo que no era lo que yo esperaba ya que había demasiada teoría y muy poca práctica"

"Estoy estudiando para Policía, pero tal y como está todo tampoco ha habido suerte", lamenta Uge, "ahora no salen casi oposiciones y me estoy replanteando volver a la carrera para no estar parado".

Los expertos coinciden en que la solución para reducir el abandono sería necesario que las Universidades hicieran un mayor control de sus estudiantes "en riesgo"."Nosotros por ejemplo hemos encontrado, para una universidad, un modelo econométrico que, para cada título, detecta aquellos estudiantes que tienen mayor probabilidad de abandono. Si se utilizara este modelo para detectar a los estudiantes más probables que abandonen, se podría hacer un especial seguimiento y evitar algunos abandonos", afirma Suriñach.

No obstante, el investigador asegura que tal vez el problema podría atajarse de raíz: "Los estudiantes de bachillerato deberían tener una información más clara sobre las características de las distintas carreras universitarias, para evitar parte de los abandonos en primer año".

Lo que no recogen las estadísticas, sin embargo, es la gran cantidad de estudiantes que pese a que finalizan sus estudios "por no perder el tiempo"nunca llegan a echar mano de la formación que han recibido: "Estudié Relaciones Laborales en la Universidad de Vigo por aquello de que tenía muchas salidas" afirma Yaiza, de 24 años, "tardé el doble de tiempo porque lo simultaneaba con el ciclo superio de turismo y trabajos temporales, ahora que tengo claro que no me voy a dedicar a ella, me arrepiento de no haberla dejado antes y de haber perdido tiempo y dinero."

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