La gran paradoja de las críticas a Wilmots

Es el seleccionador que ha devuelto a Bélgica a la primera fila de la escena internacional en los últimos cuatro años, pero paradójicamente Marc Wilmots es objeto de críticas cada vez más virulentas, siendo acusado incluso de arruinar las posibilidades de la llamada 'Generación de Oro'.

Las redes sociales se encienden contra él en Bélgica y los editorialistas no se quedan atrás: 'Willie' no sería, para muchos, el hombre adecuado para estar al frente del equipo.

Un sondeo del diario flamenco Het Nieuwsblad indicaba recientemente que un 70% de los aficionados de los 'Diablos Rojos' no confía en él para que pueda guiar a la actual generación a una final de un gran torneo.

Con Wilmots, el equipo sólo ha perdido un partido -ante los galeses en junio de 2015- en dos campañas de eliminatorias, para el Mundial-2014 y la Eurocopa-2016. El país incluso fue líder del ránking FIFA entre noviembre de 2015 y abril 2016 -ahora es el número 2 detrás de Argentina- y en el Mundial de Brasil, hace dos años, alcanzó los cuartos de final, pese a que los belgas no acudían a un gran torneo desde hacía 12 años.

Pero todo eso parece no ser suficiente: Wilmots está en el punto de mira. Los aficionados, exigentes, esperan un fútbol cinco estrellas de parte de un plantel lleno de astros, pero que no ha estado alucinante en los amistosos de preparación.

"¿Las críticas? No me preocupo de lo que los demás piensen. Si ganamos es gracias a los jugadores. Si perdemos, es mi culpa. En todos los casos, soy yo quien me llevo los golpes", señala.

Stefan Keygnaert, responsable de fútbol del Het Laatste Nieuws, el diario más leído de Bélgica, reprocha a Wilmots "una falta de clarividencia táctica".

"En cuatro años con Wilmots, nuestros dos mejores jugadores (Eden Hazard y Kevin De Bruyne) han estado implicados juntos (es decir, con una asistencia de gol de uno a otro) en sólo dos tantos. Eso lo dice todo", argumenta.

"Cuando Bélgica ataca es la improvisación total, no se ve ningún movimiento colectivo", dice en declaraciones a la AFP.

Desde el nombramiento de Wilmots en 2012, Het Laatste Nieuws ha sido crítico: "No basta con ponerse un traje y gritar +¡vamos, vamos, vamos!+ para ser un buen entrenador".

"Tenemos una generación dorada, la mejor de la historia del país. Y hemos confiado esta generación a un entrenador con un currículum vitae virgen", dijo en su día Keygnaert sobre la inexperiencia de un entrenador entonces debutante en el más alto nivel.

En la parte francófona del país, la prensa es más conciliadora con Wilmots, el primer seleccionador valón desde Robert Waseige en 2002.

"Teniendo cuenta los medios económicos de la Federación, Wilmots es el mejor posible", estima Frédéric Larsimont, jefe de fútbol del diario Le Soir.

"Tiene un equipo lleno de estrellas, a veces mundiales. Aunque no es el más fino de los estrategas, ha conseguido construir un grupo sólido", justifica.

"Para encontrar otro entrenador, con un currículum bien nutrido y que lo haga tan bien hay que traer un entrenador de 5 millones (de salario anual). Una cantidad impagable por la Federación Belga", endeudada, añade el periodista.

En resumidas cuentas, la figura de Wilmots divide a los belgas y entusiasma a pocos.

Él encaja los golpes mediáticos de manera estoica, aunque su entorno admite que está tocado anímicamente.

Su esposa Katrien así lo hizo saber esta semana al diario Le Soir: "Somos primeros del mundo (segundos del ránking FIFA, en realidad) y eso no está bien. Va a ser difícil llegar más alto. Estás críticas hacen daño sobre todo a mis hijos".

"Marc no va a entrenar al equipo nacional toda su vida. Ya están hartos de él", concluye con amargura.

Mostrar comentarios