El reencuentro de Francia y Alemania 8 meses después de los atentados de París

Hace casi ocho meses, el 13 de noviembre de 2015, un partido de fútbol Francia-Alemania se convirtió en uno de los escenarios de la tragedia vivida por Francia y la vecina Saint-Denis, en la cadena de atentados que provocó 130 víctimas mortales en París. El jueves, en semifinales de la Eurocopa, ambas selecciones vuelven a encontrarse.

Entonces jugaron un partido amistoso en el Stade de France, que terminó con victoria francesa por 2-0, con goles de Olivier Giroud y André-Pierre Gignac. Los dos equipos empezaban ya a pensar en la puesta a punto para la Eurocopa, cuyo sorteo iba a tener unas semanas después, pero lo que iba a ser un simple encuentro deportivo se convirtió en epicentro mundial por otros motivos.

Dos suicidas se hicieron explotar en las inmediaciones del estadio y uno en una zona más apartada. Una persona murió en aquellas detonaciones.

A unos kilómetros, un secuestro en la sala de conciertos Bataclan y tiroteos en distintos bares y restaurantes de la capital francesa sembraban el pánico, en una serie de atentados coordinados que provocaron 130 víctimas mortales y que fueron luego reivindicados por el Estado Islámico (EI).

En el Stade de France, las 80.000 personas que llenaban el recinto fueron retenidas un tiempo por medidas de seguridad y el presidente de la República Francesa, François Hollande, fue evacuado del lugar.

"Quisieron entrar en el recinto, pero no pudieron", explicó Thierry Braillard, secretario de Estado de Deportes francés, con lo que el estadio pudo haberse convertido en objeto de una masacre.

La selección francesa permaneció en el estadio hasta las 3h00 de la madrugada, cuando decidió salir en autocar hasta su concentración de Clairefontaine (a unos 80 kilómetros de París), mientras que el equipo alemán pasó la noche en el vestuario.

"Queríamos evitar todo riesgo y decidimos no atravesar París", explicó el mánager general de la Mannschaft, Oliver Bierhoff. "Las informaciones no estaban muy claras", señaló.

El avión del equipo despegó hacia las 9h00 del aeropuerto Roissy-Charles De Gaulle, al que había llegado con una fuerte custodia policial, con destino a Fráncfort.

Los dos equipos siguieron las informaciones de lo que estaba ocurriendo en París por televisión, juntos, y pudieron telefonear a sus familias para tranquilizarles.

El impacto emocional por lo vivido dejó huella en ambos. Lassana Diarra, internacional francés, perdió a una prima en los atentados de París y el mundo asistió unos días después al homenaje de Inglaterra en un amistoso ante los Bleus en Wembley, con una emotiva Marsellesa antes del partido.

Alemania iba a jugar unos días después un amistoso en Hanóver contra Holanda, pero el partido fue suspendido por motivos de seguridad.

Los atentados del 13-N hicieron que Francia se viera obligada a reforzar su dispositivo de seguridad para la Eurocopa de Francia.

"En ningún caso el deporte puede ser paralizado por el terrorismo. La Eurocopa tendrá lugar en las máximas condiciones de seguridad, que serán reforzadas debido a los hechos que acabamos de vivir. Pero no es cuestión de paralizar esta formidable fiesta popular", prometió poco después de los atentados el ministro francés de Deportes, Patrick Kanner.

En marzo de este año, el seleccionador Joachim Löw, que vivió en el Stade de France aquella noche del 13-N, se manifestó en términos similares, deseando que el terror no consiguiera cambiar los planes de la Eurocopa y que los partidos pudieran disputarse con público y en un clima festivo. Como en principio se espera que se juega el Francia-Alemania del jueves en el Velodrome de Marsella, con un billete en juego para la gran final.

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