Muere un tercer 'casco azul' de la Misión de la ONU en lo que va de semana en RCA

EUROPA PRESS
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Según ha informado la MINUSCA, medio centenar de hombres armados atacaron a las fuerzas de la ONU, que regresaban de una patrulla en la localidad de Koui, en la prefectura de Ouham-Pende. Como resultado, ha muerto un soldado de nacionalidad bangladeshí.

"Expresamos nuestras sinceras condolencias al pueblo y el Gobierno de Bangladesh. El secretario general (António Guterres) escribirá una carta al Gobierno con sus condolencias personales", ha señalado el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, en rueda en la sede principal.

La muerte de este soldado tiene lugar apenas unos días después de que otros dos soldados, de nacionalidad marroquí, murieran en un ataque perpetrado por hombres armados cerca de la ciudad de Bria, al noreste de Bangui, según ha informado este miércoles la agencia oficial MAP.

El ataque, cuyos autores no han sido identificados, se produjo el martes y afectó a una patrulla del contingente marroquí de la MINUSCA que estaba escoltando un convoy logístico de la ONU al sureste de Bria, donde tienen su base los militares marroquíes. Uno de los fallecidos es un oficial, ha precisado la MAP.

Por su parte, la MINUSCA también ha confirmado en un comunicado el ataque contra los cascos azules que escoltaban un convoy de camiones con combustible desde la localidad de Zemio a la de Obo, cuyos autores consiguieron darse a la fuga.

El jefe de la MINUSCA, Parfait Onanga-Anyanga, ha condenado el ataque contra "cascos azules cuya presencia en suelo centroafricano no tiene otro objetivo que ayudar al país a salir del engranaje de la violencia".

En este sentido, ha garantizado que se hará todo lo posible para "localizar y detener a los autores de estos ataques con el fin de que sean llevados ante la justicia. Además, la MINUSCA ha recordado que atentar contra las fuerzas de paz "puede ser considerado un crimen de guerra".

Por último, ha MINUSCA ha advertido a "los enemigos de la paz de que nada hará alterar su determinación y su firme compromiso de trabajar para la vuelta de la paz y la estabilidad duradera a República Centroafricana".

El país sigue inmerso en un conflicto entre los antiguos rebeldes Séléka, principalmente musulmanes, y las milicias 'antibalaka', principalmente cristianas, que ha provocado cientos de miles de desplazados y refugiados desde diciembre de 2013.

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