Las autoridades chinas han anunciado el fin de una "operación de 56 días" de las fuerzas de seguridad tras los enfrentamientos de septiembre, en los que murieron 15 personas, según ha indicado el gobierno regional. Esta misma fuente informa que uno de los miembros de este comando terrorista terminó rindiéndose.
El pasado 18 de septiembre una mina de carbón situada en la aislada reguión de Aksu (Suroeste de Xinjiang) fue atacada cobrándose 16 personas, entre ellas tres policías, dos paramilitares y 11 civiles de diferentes etnias.Control férreo de las autoridades chinas
La operación, ejecutada por las autoridades chinas, tenía como objetivo detener al grupo que el 18 de septiembre atacó una mina de carbón en la aislada región de Aksu (suroeste de Xinjiang). Las propias autoridades de la zona calificaron de "emboscada" este acto y hasta la fecha no han facilitado el nombre de la organización por la que se reguían, ya que la investigación aún sigue en curso.
Xinjiang, una inmensa región cercana a Asia Central, es escenario de enfrentamientos entre 'los han', la etnia mayoritaria en China, y 'los uigures', los musulmanes turcófonos mayoritarios en la región. En este lugar el movimiento de "Turkestán Oriental" (ETIM), organización terrorista con el objetivo de independizar la reguión, y relacionado con grupos yihadistas extranjeros.
Desde el gobierno chino estos grupos minoritarios vienen siendo acusados de desarrollar una oleada de odio hacia los han, esto provoca que la presión crezca en la zona, ya que los uguies consideran que su cultura está siendo maltratada y su pueblo empujado a una tendencia a la radicalización.
En los últimos años se ha incrementado la violencia, que Pekín atribuye a los "terroristas", o a grupos "islamistas" y "separatistas".
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