Un fiscal brasileño recomendó el miércoles demoler la cárcel de Boa Vista (norte), donde el domingo murieron al menos diez presos en un ajuste de cuentas, al considerar que la estructura del establecimiento lo hace incontrolable.
"La única solución allí es construir otra cárcel. Si los presos quieren, cometen otra masacre porque en ese presidio no se consigue garantizar la seguridad de nadie", dijo a la estatal Agencia Brasil el fiscal Carlos Paixao de Oliveira, del amazónico Estado de Roraima, cuya capital es Boa Vista.
El funcionario explicó que los muros de la prisión, de ladrillos, son poco resistentes y que los detenidos los perforaron para llegar hasta los lugares donde se encontraban los miembros de la otra banda. Los enfrentamientos dejaron 10 muertos, según las autoridades, aunque los detenidos elevan ese balance a 25, señala la Agencia Brasil.
La disposición de la cárcel "no permite que los guardias vean la puerta del ala y mucho menos la puerta de las celdas", explicó el fiscal.
Se trata, además, de una cárcel concebida para acoger a 700 reclusos, pero alberga a 1.400.
Los enfrentamientos en la llamada Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo, de Boa Vista, se enmarcan en una guerra entre las dos mayores facciones del crimen organizado en Brasil, el PCC (Primer Comando de la Capital) y el CV (Comando Vermelho). Entre los muertos, había siete cuerpos carbonizados y tres decapitados.
Al día siguiente, la guerra se extendió a una cárcel de Porto Velho, la capital de Rondonia (noroeste), con saldo de ocho muertos.
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